jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº1968

Gremiales | 31 may 2019

ANÁLISIS

Lo que dejó el quinto paro nacional: que la política no separe lo que la bronca unió

En el marco de la nueva protesta nacional, hubo muestras de unidad en la acción, que potenció la contundencia de la medida. Además, se acordó rechazar las políticas de Macri. Ahora llega el momento de buscar consenso político. La fórmula Fernández-Fernández seduce, pero no a todos.


Por: Diego Lanese

El quinto paro nacional contra el gobierno de Mauricio Macri tuvo un alto acatamiento y fue apoyado por la mayoría del movimiento obrero organizado. Más allá de los matices que marcan cada sector, la dirigencia coincidió en una nueva muestra de “unidad en acción”, luego del paro del Frente Sindical del pasado 29 de abril, que no contó con el apoyo de la CGT y marcó una nueva diferencia en el seno de la central obrera.

 

Esta vez, los gremios “le pusieron el cuerpo” a la protesta, coincidiendo en las críticas a la política económica y social de Cambiemos. Este puede ser el punto de inicio de un plan de lucha más profundo, como reclaman los sectores combativos, aunque las dudas de la conducción cegetista hacen pensar en lo contrario.

 

Como sea, la unidad se plasmó y fue parte de la coincidencia de muchos dirigentes que hablaron de la necesidad de unir al peronismo y apoyar la fórmula Fernández-Fernández, lanzada días atrás. Ahí está el temor de muchos, que creen que la política puede terminan separando a los sectores que, rechazando a Macri, coincidieron en una protesta contundente.

 

Si bien hubo una adhesión masiva, cada espacio buscó darle su propia impronta a la protesta. La CGT tuvo una conferencia de prensa moderada en Azopardo, donde insistió en que el paro no fue político (¿existe alguna medida de fuerza gremial, social e incluso partidaria, que no sea política?) ni contra el Presidente.

 

El Frente Sindical hizo su propio balance antes, en el gremio de Camioneros, donde dijeron lo contrario que la CGT: apuntaron todos sus cañones al Gobierno, remarcando que fue un paro contundente por el rechazo al oficialismo. Incluso, en la conferencia de prensa se pudo ver a figuras del kirchnerismo, como el vicepresidente del PJ provincial, el intendente Gustavo Menéndez, una señal del lineamiento de la dirigencia.

 

“Vemos con buenos ojos que la dirigencia se vaya alineando detrás de la fórmula Fernández-Fernández, todos los peronistas debemos estar unidos, esa es la única respuesta a este gobierno”, le dijo a Política del Sur un dirigente del Frente Sindical, y sostuvo que aquellos que no formen parte del armado “son funcionales a Macri”, porque “tendrán acuerdos por debajo de la mesa o intereses que no pueden decir”.

 

Desde que Cristina Fernández de Kirchner anunció el ofrecimiento a Alberto Fernández para que encabece la fórmula, esta fue tomada por los gremios de manera positiva y de a poco se va plasmando esa unidad que piden en el Frente Sindical. “Los trabajadores tienen candidato”, celebró Héctor Daer, un exmassista que no esperó la definición del Frente Renovador o de Alternativa Federal para encolumnarse detrás de la propuesta.

 

Muchos dirigentes esperarán hasta que estén definidas las alianzas para sumar sus apoyos, con un dato clave: a partir de la confirmación de los frentes, vienen la discusión de las listas. En ese tema, los gremios esperan que sean tenidos en cuenta. “Vamos a pedir espacios”, confirmó el mismo dirigente del espacio moyanista.

 

El resto, en espera

 

Al margen de la CGT, el resto de los espacios comienza a ver el armado electoral sin definiciones claras. Salvo la CTA de los Trabajadores, que desde el 2017 es la pata sindical de Unidad Ciudadana, el resto no tiene en claro los pasos a seguir. La CTA Autónoma intentó desde el 2011 potenciar Unidad Popular, el partido fundado por Víctor de Gennaro, que no pudo pasar ninguna de las PASO y que hoy está lejos de ser una alternativa política. Incluso, en 2015, la candidatura del dirigente terminó fracturando el espacio, ya que Pablo Micheli casi es candidato por la lista de Margarita Stolbizer, lo que generó la tensión que terminó con la fractura de la central.

 

“Nuestra central va a seguir manteniendo su autonomía, apostamos a que nuestros compañeros y compañeras puedan incorporarse a propuestas construidas democráticamente, en espacios populares, que puedan poner el corazón en las necesidades del Pueblo”, sostuvo la secretaria adjunta de la CTA Autónoma, Claudia Baigorria.

 

En diálogo con Política del Sur, la dirigente agregó: “(en la central) le decimos ‘no a Macri’. A partir de eso, en cada una de las regiones vamos tratando de entrelazar con distintos sectores populares que permitan rechazar el ajuste y construir una alternativa política de este escenario de espanto”.

 

La posibilidad de unidad de los gremios detrás de una fórmula preocupa en la Casa Rosada, que pretende seguir dialogando con dos sectores: la CGT y la CATT, que nuclea a los gremios del transporte. A los primeros les interesa los fondos de las obras sociales y que se apruebe la nueva agencia de tecnología médica, paralizada en el Senado. Si bien la definición de Daer puede cerrar las puertas a la discusión, se espera que haya nuevos encuentros en el futuro para cerrar esa cuestión.

 

Con los transportistas deben acordar el nuevo esquema de ganancias, que evitó los paros de los feriados. Además, el oficialismo tiene un as en la manga: quiere acordar una nueva reglamentación para evitar los paros totales del transporte público. Si bien en el mundo esa discusión está cerrada (la OIT no acepta que el transporte sea un servicio esencial que deba tener límites a la hora de una huelga), el Gobierno quiere acordar un esquema que permita mantener servicios de emergencia.

 

La presencia de los gremios en los armados electorales apunta a una representación en aumento ante los trabajadores. Es que en la Argentina, uno de cada cuatro trabajadores (formales e informales) está afiliado a un sindicato. Si se considera sólo el trabajo registrado, esta cifra sube al 39 por ciento. Los datos surgen del informe “Radiografía de la sindicalización en Argentina”, elaborado por la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). Además, el número de sindicalizados en el empleo público es del 46 por ciento, mientras que en el privado llega al 35 por ciento.

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