Por: Ruben Molina

Grande es el desconcierto dentro de las filas del Frente Renovador por estos días. La posibilidad concreta de volver al Partido Justicialista (PJ) y pelear poder en serio era uno de los grandes dilemas. Desde el kirchnerismo habían realizado su oferta y sólo aguardaban una respuesta oficial, que llegó pero no en el sentido esperado por algunos. La unidad quedó prácticamente en la nada y la decepción es grande en vastos sectores de la dirigencia intermedia y la militancia en general. A tal punto que algunos ya hablan de divisiones dentro del propio massismo.

Ahora todos miran con expectativa el congreso de mañana en Parque Norte. Allí habrá una definición oficial, pero mientras tanto se siguen tejiendo muchas especulaciones. El punto es que hasta ayer al mediodía era un hecho, al menos para la mayoría de la dirigencia massista de la Tercera Sección Electoral, que el retorno al PJ estaba “abrochado”.

La propuesta realizada desde el kirchnerismo era más que interesante: incluía desde la posibilidad de participar en unas PASO en clara competencia con la fórmula Fernández-Fernández, la unidad con la posibilidad de que el propio Massa encabece la lista de diputados, y hasta se llegó a ofrecer la alternativa de ser el candidato a gobernador. Todo quedó en manos de Sergio Tomás.

Durante el fin de semana, las versiones a favor de un inminente acuerdo con el PJ se fueron incrementando. Pero todo cambió de un momento a otro. El cónclave que llevaron a cabo en Córdoba los principales referentes de Alternativa Federal no dejó dudas: irán a las PASO con candidatos propios. De esta manera se le cerró la puerta a las intenciones del kirchnerismo y también a muchos dirigentes del Frente Renovador.

Hasta el lunes todo era entusiasmo dentro del massismo. Inclusive ya se hablaba del andamiaje seccional y del diálogo directo con Máximo Kirchner. Luego del comunicado emitido en Córdoba y las declaraciones del tigrense, todo volvió a foja cero. “Soy de otra fuerza política, tengo una excelente relación con Alberto Fernández como la tengo con Emilio Monzó y con otros dirigentes porque creo en el diálogo, pero llevamos seis elecciones compitiendo contra el kirchnerismo”, expresó Massa, y remarcó que mientras “más amplia sea la PASO, mejor, no eligiendo candidatos con el dedo, sino con el voto democrático”.

La foto lanzada el lunes a la noche de la fórmula presidencial “K” junto a Axel Kicillof y Verónica Magario fue una señal de que algo no estaba funcionando bien para el massismo. La posterior reunión de los Fernández con Martín Insaurralde fue otra muestra de que la cosa iba en sentido inverso. Fue el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, el encargado de confirmar el martes por la tarde que la Provincia estaba cerrada para el universo “K”, al anunciar vía twitter que ya tienen fórmula allí: Kicillof-Magario”. Después vino todo lo que ya sabemos.

¿Capítulo cerrado en el intento de unidad del PJ? Puede ser, aunque la política es el arte de lo imposible y todo puede variar en cuestión de instantes. Hasta el 22 de junio hay tiempo. Ese día vencerá el plazo para la presentación de las listas de precandidatos para las PASO ante la Junta Electoral Partidaria. Mientras tanto, la inquietud crece en el massismo, y junto con él, también el malestar por la unidad inconclusa.

¿Tendrá derivaciones internas el no acuerdo? Es muy factible, tanto del lado del massismo como del lado del PJ. La decisión de la dupla Kicillof-Magario seguramente será algo difícil de digerir por parte de los intendentes alineados con Insaurralde. Aunque ese no es un tema que para desarrollar en esta columna. Lo seguro es que dentro del massismo el malestar existe y la posibilidad de ruptura de algunos sectores está latente. En definitiva, todo está igual que hasta ayer. Nada ha cambiado.