

Por: Diego Lanese
Durante el mediodía de Pascuas, los trabajadores de Clarín organizaron un festival solidario para rechazar los despidos producidos en el matutino la semana pasada. La falta de diálogo con los directivos del principal multimedio del país hizo que este martes se realizara una nueva asamblea, donde se decidió profundizar el plan de lucha con un paro de 48 horas que comenzó al mediodía. La semana pasada, mediante un imponente operativo de seguridad, la empresa decidió despedir a más de 60 trabajadores y se les comunicó esa decisión en la puerta del lugar, que estaba vallado y cargado de policías. El operativo de seguridad sigue vigente, y en las últimas asambleas el personal denunció que fueron filmados por personal policial. En un clima de tensión, en las últimas horas aparecieron nuevas versiones de ajustes internos que podrían terminar en nuevas cesantías.
La asamblea general de trabajadores de Clarín decidió un nuevo paro, esta vez de 48 horas, que comenzó al mediodía de ayer. La medida se tomó porque no se logra abrir un canal de diálogo con las autoridades de la empresa. El paro es apoyado por los gremios Sipreba y la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA), “ante la falta de respuestas concretas de parte de la empresa en cuanto a los despidos de 65 compañeros y compañeras”, según el comunicado difundido por la Comisión Interna de Clarín/AGEA.
Luego de anunciar un paro, se realizó una conferencia de prensa respecto de la situación general del diario y del futuro de la empresa. Allí estuvieron diputados de izquierda, de Unidad Ciudadana, además de diversos dirigentes gremiales, como el titular de Suteba, Roberto Baradel, entre muchos otros.
Durante la jornada, los trabajadores dieron detalles de la cantidad de despedidos, muchos con unos veinte años de experiencia (Fotografía y Deportes son las secciones más castigadas por las cesantías). Asimismo, decidieron “la continuidad del quite de firmas por tiempo indeterminado”.
El domingo se realizó un “camarazo”, todo en la vereda de la calle Tacuarí, que sigue militarizada. Los testimonios son varios y marcan el nivel de enfrentamiento que genera la empresa con los empleados, despedidos o no.
Uno de los oradores remarcó que Clarín permite el uso de sus instalaciones a los muchos policías que hacen guardia desde la semana pasada, mientras las asambleas deben hacerse en la calle. Quienes ingresan a buscar sus pertenecías a la redacción son custodiados por personal de seguridad y no pueden tomar demasiado contacto con sus excompañeros. Muchos de ellos se retiran con un cerrado aplauso de quienes trabajan en la redacción.
Versiones de más ajuste
Si bien no hubo un contacto formal por parte de la empresa desde los despidos, en conversaciones informales y con algunos comunicados internos el grupo Clarín justificó la medida en la necesidad de adecuar su plantilla a un plan de negocios, que incluye realizar nuevos contenidos vinculados a las nuevas tecnologías. Para eso, según los trascendidos, se volcarán más recursos a los formatos online. Pero los trabajadores rechazan esta realidad. Aseguran que hace un tiempo se venía haciendo este camino. Por ejemplo, muchos fotógrafos ya habían comenzado a realizar edición de videos, como “lo pidió la empresa”.
Además, existen varios rumores sobre nuevos cambios en la estructura interna, en este caso en el sector gráfico. Cuando cerró el taller de impresión de La Nación, la versión de los empleados era que había un acuerdo del diario con el grupo Clarín para que la impresión del matutino sea en la planta que tiene en el barrio de Barracas. Pero en estos días crece una versión inquietante: por la compra de un grupo de diarios de Santa Fe y Entre Ríos, el propio diario Clarín podría hacerse fuera de Buenos Aires. Fuentes del sector le explicaron a Política del Sur que hay una idea de “imprimir en la planta del diario El Litoral de Santa Fe, que es parte del grupo”. La firma tendría la tecnología y calidad, y de esta forma se podría cerrar el taller porteño.
Además, el mismo día que sucedieron los despidos, de manera sorpresiva la edición impresa publicó una pequeña nota donde confirmaba el procesamiento del extitular de la Comisión Interna de Clarín por un paro de actividades. El juez Edmundo Rabbione, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 61, resolvió el procesamiento del ex sindicalista gráfico Pablo Viñas por haber impedido la circulación de los diarios Clarín y Olé en un episodio ocurrido a fines de enero de 2017.
Viñas y otros sindicalistas bloquearon durante varias horas la salida de los diarios de la planta impresora y por eso el magistrado definió el procesamiento y un embargo de sus bienes por 5.200.000 pesos. Sorprendió, por un lado, que se informara de un conflicto gremial del propio medio, que suele guardar silencio sobre esa cuestión; y por otro, que la nota haya salido en el mismo momento donde se confirmaban los despidos. Por esta situación, hay temor entre los gráficos de que la próxima sección que se ajuste sea la suya.