jueves 28 de marzo de 2024 - Edición Nº1940

Gremiales | 14 feb 2019

ANÁLISIS

Se inauguró la temporada de disputas internas en el seno de la CGT

Con el pedido de la Corriente Federal para que la central obrera llame a un confederal para coordinar un plan de lucha, comienzan las disputas para la futura conducción cegetista. Moyano se moviliza para festejar el primer año de la multisectorial #21F y mete presión. Juan Carlos Schmid hace de nexo con los movimientos sociales para “ganar la calle”


Por: Por Diego Lanese

“¿Y la CGT dónde está?”. La pregunta, más bien retórica, se escuchó esta semana en la Federación Gráfica Bonaerense, entre quienes acompañaron la conferencia de prensa realizada por la Corriente Federal, el espacio sindical que lidera el bancario Sergio Palazzo, que se cansó de esperar una central obrera más activa y pidió una reunión urgente para definir un plan de lucha.

 

Con la presencia de los gremios que forman esta fracción, el pedido apuntó a acompañar las luchas de diversos sindicatos y sectores y denunciar la falta de protagonismo cegetista, hoy hundida en una pasividad pocas veces vista. Con un duro documento, la corriente inauguró la disputa interna en la CGT, que está bajo la conducción de los grupos dialoguistas, cada vez más cuestionados. La movida para intentar disputar el poder en Azopardo se completará el próximo 21 de febrero, cuando el moyanismo reúna toda su tropa y realice un acto en la cancha de Ferro, donde se espera que haya más de una crítica a la actitud del triunvirato fallido.

 

La movida de la Corriente Federal es el primer paso para intentar que la conducción de la CGT llame a un comité confederal que discuta la actual política de la central obrera, hoy manejada por “gordos” e “independientes”, que llevan adelante una estrategia de no confrontación con el gobierno de Mauricio Macri, más allá de alguna circunstancial declaración belicosa.

 

Los gremios que componen este espacio, que se sumó al Frente Sindical para el Modelo Nacional de los Moyano, se quejó de esta pasividad, reclamó que se convoque a los integrantes de la confederación a “evaluar la situación actual y definir un plan de acción unificado”. Además, pidió que se les dé protagonismo a las regionales y que la propia CGT respalde “a todos los gremios en lucha, brindando la solidaridad que corresponde para fortalecer el accionar sindical”.

 

La acción reactivó la interna de la CGT. La corriente no es parte de la Comisión Directiva, en desacuerdo desde el 2016 con el triunvirato. Se alió a Hugo y Pablo Moyano en su crítica a la estrategia negociadora, y juntos -más las dos CGT y los movimientos sociales- se pusieron al frente de la lucha contra los tarifazos, a través de las marchas de los jueves de enero y febrero.

 

“No podemos esperar hasta las elecciones. Mientras se discuten candidaturas, este año se pueden perder cientos de puestos de trabajo”, le dijo a Política del Sur un dirigente del espacio en esta conferencia de prensa. Si bien aclaró que la intención de la corriente “no es entrar en polémicas con la dirigencia cegetista”, quieren un cambio de actitud. “Esta estrategia fracasó, no lograron nada, ni los fondos de las obras sociales lograron recuperar”, agregó el mismo dirigente.

 

En este sentido, Héctor Amichetti, titular del anfitrión gremio gráfico, se quejó en la presentación del documento de la postura actual de Azopardo y pidió que la CGT “se ponga al  frente de un plan de acción continuo y permanente”.

 

Movilizados

 

La movida de la Corriente Federal, que no contó con ningún emisario del moyanismo pero sí con una venia tácita, se completará con el acto que preparan los camioneros para el próximo jueves 21 de febrero, cuando se cumpla un año de la marcha que inauguró la multisectorial #21F, que junto al Frente Sindical busca ser el espacio que unifique a los sectores más combativos del movimiento obrero. En este espacio conviven las dos CTA (la fracción Perón de esa central obrera arma una estrategia propia), más agrupaciones cercanas al moyanismo, como las 62 Organizaciones Peronistas que comandan el dirigente del vidrio Horacio Valdez.

 

En este juego será muy importante el rol que tenga un exaliado incondicional de Moyano, el titular de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), Juan Carlos Schmid. El dirigente fue integrante del triunvirato hasta hace poco por iniciativa del líder camionero, de quien se distanció un poco en medio de la tensión con la CGT, pero que su renuncia volvió a acercar. Hoy Schmid hace las veces de nexo entre los movimientos sociales y los gremios, por su buena relación con algunos dirigentes sociales, con los que comparte buen diálogo con el papa Francisco.

 

“Los que están en la calle no son los partidos políticos, no son los sindicatos ni son otras expresiones. Los que están en la calle son los pobres. Y nosotros tenemos que sentir vergüenza de que Argentina haya acumulado semejante cantidad de pobres. Mi compromiso es acompañarlos y sumar la fuerza de los sindicatos confederados para que protestemos”, dijo Schmid en la jornada de protesta de esta semana, en tono autocrítico.

 

Luego de esta movida, se espera que se reanude la presión para que sean renovados los mandatos de Héctor Daer y Carlos Acuña, hoy conductores de la central obrera, con el apoyo de los grupos dialoguistas.

 

La disputa interna en la CGT será parte del alineamiento de los gremios en materia política, que ya sondean las distintas versiones del peronismo para intentar derrotar al oficialismo este año. Por estas razones, más la tendencia a no realizar medidas abruptas cuando se producen estos procesos electorales, no se espera mucho de la conducción cegetista. Los chistes que muchos hacían en la sede de los gráficos preguntando por el paradero de la central obrera, son parte de una tensión que a partir de esta semana irá creciendo.

 

En Azopardo, por ahora, no dan señales de respuesta. Si hasta la antorcha que ilumina la imagen de Evita, que según la tradición es la “llama viva” de la lealtad de los trabajadores a la jefa espiritual del movimiento, siempre debe estar encendida, esta semana se apagó. Una metáfora demasiado perfecta del momento que pasa la conducción de la principal central obrera del país. 

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