

Los trabajadores nucleados en la Asociación de Agentes de Propaganda Médica (AAPM) se movilizaron ayer por la mañana hasta las puertas del Laboratorio Beta, en Capital Federal, para rechazar el pago de salarios fuera de término y en cuotas, pese a que denuncian que en tres años la empresa nacional incrementó sus ganancias “de 50 millones de pesos a 150 millones”. La firma se comprometió a ponerse al día con lo adeudado y a mantener una reunión con los empleados la semana próxima o la siguiente para escuchar sus reclamos.
En diálogo con Política del Sur horas después de la medida de fuerza, el visitador médico Gustavo Agrofoglio resumió: “Beta durante todo el año estuvo pagando el sueldo en cuotas a los que trabajan dentro de la empresa, y a los visitadores médicos a partir de noviembre nos empezó a pagar en cuotas. Llegado diciembre, no pagó el aguinaldo y se negó a pagar el bono del Gobierno. Y el sueldo de diciembre, que lo tendría que haber pagado en enero, lo está pagando en cuotas y todavía debe parte del aguinaldo.”
Resaltó que “hace tres años” que los visitadores médicos no tienen paritarias, debido a que las cámaras farmacéuticas no quieren firmarlas, y remarcó: “Ellos (por la patronal) dicen que están en situación de crisis, pero nunca declararon ante la Secretaría de Trabajo que están en crisis. Y al personal de ahí adentro lo está suspendiendo un día a la semana, los viernes no trabajan. Se hizo la denuncia ante la Secretaría de Trabajo, pero nunca la Secretaría citó a las partes. O sea que la negociación la hacen entre el sindicato y la empresa, sin mediar la Secretaría.”
Por su parte, el integrante de la conducción de AAPM Seccional Sudoeste Fabián Pennini expresó que Beta “hace una serie de maniobras que además son antisindicales porque tampoco recibe a los representantes gremiales, y entonces toma estas medidas de forma unilateral, inconsulta e injustificada”.
Es que -sostuvo- “como el sindicato no es cómplice, directamente los tipos no negocian y hacen lo que quieren, tratándose de una industria con ganancias extraordinarias, porque hay que tener en cuenta que la industria farmacéutica manejó los precios de los medicamentos en estos últimos años a su gusto y piacere, o sea, superando el doble de la inflación, con total amparo del Gobierno, cosa que paga la población más débil”.
Como ejemplo de los remedios que comercializa este laboratorio nacional, Pennini mencionó el misoprostol, que suele ser recetado para problemas intestinales pero es utilizado de forma encubierta para realizar abortos. Debido a que la interrupción voluntaria del embarazo en nuestro país hoy no es legal, desde el laboratorio “hacen fortunas aprovechándose de la situación”, vendiendo esa medicación “a precios de oro”, denunció.
En otra línea, el dirigente señaló que “el medicamento se ha tornado un artículo de lujo cuando nada lo justifica”, y mencionó que desde su sindicato han “denunciado los mecanismos por los cuales los laboratorios obtienen ganancias extraordinarias recargando los precios de los medicamentos que después la población no puede pagar, sobre todo los jubilados, los sectores más bajos y los no tan bajos, (porque) la clase media hoy en día tiene que estar haciendo piruetas y elegir entre pagar la luz, el gas, el medicamento o la comida”.
Precisamente, en la convocatoria a la movilización de ayer, AAPM resaltó que “pese a estas cuantiosas ganancias, sus dueños suspenden trabajadores y pagan salarios fuera de término y en cuotas para apostar a la timba financiera”.
“Evidentemente, hay grandes intereses económicos de por medio y el aval de un gobierno absolutamente insensible a las necesidades populares y sí presto a colaborar con sus amigos empresarios, sobre todo los grandes empresarios”, concluyó Pennini.