

Por: Por Diego Lanese
A principios de mes, se realizaron elecciones del gremio del neumático. Desde hace dos años, el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático (SUTNA) está bajo el comando de una lista clasista, y en los comicios internos de este mes, ratificó parte de la conducción, a través de los delegados. Si bien los resultados marcaron un retroceso del oficialismo -representado en la lista Negra-, se consiguió la mitad de los votos. Pero en la planta Llavallol de la multinacional Bridgestone-Firestone, los comicios quedaron marcados por el despido de activistas que participaron de los mismos.
Antes y después de votar, la empresa cesanteó sin motivo a al menos tres empleados, que formaron parte del proceso electoral. Por esto, entre el domingo y el lunes pasado, la planta fue paralizada, en el marco de un paro de actividades aprobado por una asamblea de empleados. Luego de que fracasaran las negociaciones en el Ministerio de Trabajo, los delegados de la firma aseguran que insistirán con su reclamo y lo vinculan a una actitud “antisindical” de la multinacional.
Los tres empleados despedidos “participaron activamente” de las elecciones internas, según confirmaron en el gremio que, a nivel nacional, conduce Alejandro Crespo. En este sentido, fuentes sindicales le confirmaron a Política del Sur que los cesanteados “fueron autoridades de mesa en las elecciones, todos con un claro perfil activista”.
El primero de los despidos tuvo lugar antes de los comicios, mientras que los otros dos ocurrieron después. En medio de esta situación, el gremio y las autoridades tuvieron una audiencia en la delegación Banfield del Ministerio de Trabajo, donde no lograron llegar a un acuerdo. “Mientras tratábamos de destrabar la situación, despidieron a otro compañero, lo que generó el paro”, ratificaron las fuentes del SUTNA. Para el gremio, no hay dudas de que la maniobra “apunta a debilitar la organización sindical, a lastimar a un sindicato que decidió plantarse ante la patronal”.
La medida de fuerza que comenzó el domingo se dio en torno a un impresionante operativo policial, desplegado en todos los ingresos de la fábrica, ubicada frente a la Rotonda de Llavallol. Según el SUTNA, el despliegue de la Policía Bonaerense se dio “para amedrentar el reclamo legítimo de los trabajadores que piden la reincorporación de los compañeros despedidos”. “La empresa intenta influir en la decisión de los trabajadores de Firestone, con el apoyo de la policía de la provincia de Buenos Aires que nada tiene que hacer en este conflicto laboral”, sostuvo el gremio mediante un comunicado de prensa el día de la huelga, donde se responsabilizó al ministro Cristian Ritondo y a la gobernadora María Eugenia Vidal por la “grave injerencia policial ante el accionar” de la organización sindical”.
En septiembre de este año ya se desató un conflicto en la planta Llavallol de la multinacional, y el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria. En ese caso se trató de la retención del pago de algunos ítems del salario, como los adicionales, en el marco de los intentos de la empresa de evitar que los empleados se sumen al paro nacional del 25 de ese mes.
La conducción nacional del SUTNA está en manos de un grupo de dirigentes que pertenecen a partidos de izquierda y organizaciones clasistas, además de grupos vinculados al peronismo. Su secretario general, Alejandro Crespo (Partido Obrero), derrotó en elecciones nacionales a Pedro Wasiejko -ex secretario adjunto de la CTA de Hugo Yasky-, y se convirtió en un vértice importante de este espacio de izquierda. Sin embargo, en las recientes elecciones su lista retrocedió en cantidad de votos, y en algunas firmas perdió terreno. En Firestone, por ejemplo, ganó siete de los doce delegados, cuando en 2016 se había alzado con la totalidad. De esta forma, la lista Violeta (ex oficialismo) se recuperó y logró cuatro delegados, más uno que ganó un grupo independiente.