

Los 50 trabajadores despedidos de la fábrica de zapatillas Gaelle, ubicada en Avellaneda, instalaron ayer una carpa en el portón de entrada de la sede comercial para exigir su reincorporación o el pago completo de las indemnizaciones. El objetivo del acampe es impedir la entrada y salida de camiones con mercadería, que luego es distribuida por los comercios.
La delegada María Blanco afirmó que los empleados acamparán hasta que les den “una solución”, porque el dueño de la fábrica, José Lopes, “ni siquiera dio la cara” en las tres audiencias que hubo con el Ministerio de Trabajo bonaerense.
“No quiere saber nada porque dice que le hundimos la empresa, lo que es imposible porque era nuestra fuente de trabajo”, indicó Blanco. En ese sentido, lamentó que Lopes acuse a los empleados de realizar un “boicot” a la fábrica.
Blanco relató que los conflictos empezaron “a principio de año”, cuando Gaelle les comenzó a exigir a los trabajadores que hagan “ciertas tareas” por “la mitad” del pago, ya que aseguraba que la empresa “venía mal”. Esta situación se dio también para el Día del Niño, por lo que los empleados organizaron una “asamblea”.
La delegada señaló que eso le “molestó mucho” a Lopes, quien “empezó a sacar fotos” en los lugares de trabajo “vacíos”, mientras los empleados estaban “comiendo”. Según explicó, después de eso, comenzaron a llegar los telegramas.
Blanco acusó que desde el Ministerio de Trabajo provincial y la Unión de Trabajadores de la Industria del Calzado (Uticra) les dijeron que no pueden “hacer más nada” porque el dueño no quiere pagar, y les recomendaron que vayan “a juicio”.