

En Valentín Alsina, muy cerca de Avellaneda, se encuentra el estadio Saturnino Moure, orgullo para el barrio, pero con complicaciones a la hora de llegar. Su geografía se caracteriza por estar rodeado por el Riachuelo y con un pasillo largo con dos fábricas abandonadas. Allí comienza un capítulo impactante para propios y extraños.
Es un lugar al que mucha gente le teme porque está unido a una villa por un puente ferroviario muy deteriorado que hace años no se utiliza. En lo íntimo, se la conoce como “la isla siniestra” por todo lo que hay a su alrededor. Aunque el club es muy familiar, no lo ayuda su pasado, cuando era imposible entrar, según aseguran allegados a la institución.
Sin embargo, cuenta con datos estadísticos que quedan en la memoria del público, como por ejemplo, lo que ocurrió en ese estadio el 4 de abril de 1998: fue el escenario en el que por primera vez una mujer árbitro dirigió un partido en el fútbol argentino. Se trata de Florencia Romano, la tucumana que quedó en la historia el día que el conjunto local superó por 6-0 a Muñiz.
Otra de las situaciones insólitas se da cuando la pelota se pierde por encima del pequeño alambrado detrás del arco. Allí corre “Tati”, el hincha más fanático del CAVA, para recuperarla. En caso de que caiga al agua, se intenta acercarla a alguna de las orillas y se espera a que pase la prefectura para recuperarla.
“Pasamos una situación alarmante hace algunos años. Había chicos del asentamiento que saltaban el paredón y se robaban las pelotas durante los entrenamientos para venderlas por paco y a veces han faltado cosas de la utilería. Si no nos podían robar, nos tiraban piedras. Por suerte esto ya no sucede más y la zona está más vigilada”, cuenta Domingo Sganga, presidente de la institución que se afilió a la AFA en 1963.
En la actualidad, Victoriano se encuentra puntero de la Primera D y sueña con jugar en la C, categoría que ya supo militar en tres oportunidades. Debido a los casos de inseguridad y a la poca concurrencia (el estadio tiene capacidad para 1500 personas, pero a veces no supera los 200), el club está realizando obras para que el acceso sea más prolijo y en algún momento puedan asistir los visitantes, si es que se levanta la veda.