Declararon ayer once testigos en la cuarta jornada de juicio que llevó adelante el doctor Ignacio Miguel del Castillo, del Juzgado Correccional N° 1 de Lomas de Zamora, por distintas estafas y usurpaciones inmobiliarias que habrían cometido los acusados Eduardo Salvadores, Rosana Capotosti y José Ricardo Manestar.

La mañana comenzó con la continuidad de la producción de la prueba, donde varios testigos de procedimiento, principalmente miembros de las fuerzas de seguridad, abogados y un kinesiólogo, aportaron su testimonio. En total fueron once las personas que pasaron por allí al finalizar el día.

Asimismo, brindó declaración una de las damnificadas en la causa, de apellido Abd de El Jalil. En la jornada del miércoles también prestó declaración espontánea una de las imputadas, Rosana Capotosti, aportando su versión sobre los hechos que se le atribuyen y sobre su relación profesional con Salvadores.

La abogada se quebró y hasta lloró en más de una oportunidad durante su declaración, mostrándose angustiada por estar sometida a este proceso penal.

La jornada del jueves tuvo un cuarto intermedio a las 14.45 que se prolongó hasta las 15.55, para continuar con los testimonios. Dos abogados que compartieron oficina con Capotosti explicaron cómo la conocieron y precisaron cuestiones de su trabajo. El primero de ellos dijo haberla conocido compartiendo sólo el espacio físico en su oficina.

Manifestó además no haber compartido causas, ya que él se dedicaba a la actividad docente en la Facultad de Derecho de Lomas de Zamora y a Sucesiones, mientras que la acusada realizaba “ejecuciones hipotecarias”, entre otras cosas.

Por otro lado, relató que conoció a la letrada por su marido, quien era alumno suyo en la facultad. El testigo reiteró varias veces tener un “excelente concepto” de Capotosti y aseguró que en la actualidad no comparte el estudio con ella.

Otro abogado también fue citado para declarar por haber trabajado en el mismo estudio jurídico con Capotosti y su esposo. Relató que tiene un “excelente concepto” de ella y resaltó su calidad humana, ya que en momentos en los que no tenía mucho trabajo, lo ayudó “activando juicios ejecutivos que estaban dormidos”.

El resto de los testigos que pasaron a lo largo de la jornada, dieron detalles de los allanamientos de 2013 y 2014 y respecto del desalojo que se realizó en el domicilio de la calle Indalecio Gómez de Temperley, donde se encontraba el galpón que Abd de El Jalil dio para vender a Salvadores y luego habría sido ocupado por personas allegadas al operador inmobiliario.

Los testigos coincidieron en que el lugar estaba muy deteriorado, que había una vivienda detrás y que, al momento del lanzamiento, estaba ocupado por una mujer, varios menores, muchas mascotas y dos colectivos que pertenecerían a Manestar.

El oficial que estuvo a cargo de ese procedimiento contó que mientras se realizaba la diligencia, un vehículo merodeaba la zona, y resaltó que, al volver a pasar por el galpón, se vieron obligados a exigirle que se identificara. “Era notorio que tenía alguna vinculación con una de las personas de la causa” expresó.

Respecto de los dos colectivos, dijo que “los trasladaron al otro día a un depósito judicial en Salta y Agüero, en Avellaneda, y que nunca fueron retirados por el dueño, a pesar de haber sido debidamente notificado”.

Conforme los testimonios, la “posesión” luego de efectuado el procedimiento de desahucio, fue entregada a quien se presentaba como la dueña.

La jornada de hoy comenzará a las 9 para continuar con el desarrollo de la prueba y las declaraciones testimoniales pendientes. El debate entrará en su etapa final entre hoy y los primeros días de la semana próxima.