jueves 11 de diciembre de 2025 - Edición Nº2563

| 18 sep 2013

Lubertino ratifica denuncia por la muerte de “Pechito”


La legisladora porteña responsabiliza al PRO por la muerte del vecino en situación de calle. Ayer ratificó su reclamo en la Fiscalía 16. Denuncia que el bloque macrista “no quiso tratar el pedido de informe en la última sesión”.

 

Por Ricardo Carossino

La diputada porteña del Frente para la Victoria (FPV) María José Lubertino ratificó ante la Justicia su denuncia por la muerte de Pechito, el vecino en situación de calle que desapareció por dos días y reapareció golpeado en las inmediaciones de la Cancha de San Lorenzo.

La diputada dialogó con Política del Sur e informó que la carátula es de “Homicidio culposo” y que decidió ratificar sus sospechas en la Fiscalía 16, este martes 17 de septiembre.

“Hay muchas irregularidades”, afirmó Lubertino, al tiempo que afirmó: “Pechito se negaba a ser institucionalizado, por lo cual creemos que se lo llevaron engañado prometiéndole un lugar con sus perros en un hospital, pero desapareció por dos días y luego terminó en el Rivadavia en terapia intensiva y nos dijeron que tenía neumonía, para luego fallecer”.

Aún no se ha podido reconstruir qué pasó durante esos días en que el vecino en situación de calle no apareció, por eso la diputada responsabiliza política e institucionalmente al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Adrián Alejandro “Pechito” Ferreiro, quien el 28 de marzo había cumplido 40 años, vivió más de una década en Palermo, primero por el parque de Santa Fe y Malabia, luego cerca de las bodegas Giol, hasta recalar hace unos años en la esquina de Scalabrini Ortiz y Santa Fe, a metros del restaurante Plaza del Carmen, casi pegado a la boca de la estación Scalabrini Ortiz del subte de la Línea D.

Al parecer, varios vecinos comentaron que unos días antes de que se lo llevara el móvil del BAP “apenas levantaba la cabeza para saludar y después seguía durmiendo”, aunque la afección que revestía su estado, a simple vista, no indicaba demasiada gravedad. Gravedad de muerte. Cuentan también que periódicamente, BAP mediante, se le hacían chequeos. Aquel viernes, aparentemente, un vecino llamó al programa, preocupado: no lo veía bien.

De acuerdo a los testimonios recogidos, lo llevaron, entonces, con la promesa de una vacante, para él y sus perros, en el hospital Rawson. Allí nunca ingresó. Luego pasó por el Penna, donde le hicieron placas y exámenes de rutina. Sin embargo, no está registrado su paso por el hospital de Parque Patricios. Lo que sigue es una desaparición de dos días. ¿El resultado? Pechito golpeado, semidesnudo y descompensado en las inmediaciones del Nuevo Gasómetro, la cancha de San Lorenzo.

Las fuentes consultadas afirman que en el hospital Piñero estuvo en la guardia, y en el Fernández, con la salud deteriorada, solo lo trataron en la guardia: terminó en el Rivadavia, en terapia intensiva, encontrando la muerte el sábado al mediodía. Los vecinos lo acompañaron en el periplo hospitalario, turnándose para cuidarlo. Dicen que murió de neumonía. Eso dicta, al menos, su partida de defunción. Hoy su cuerpo yace en la morgue porteña. En Palermo quieren saber de la autopsia pero con peritos de parte. Y quieren despedirlo. Sobre todo, despedirlo.

Ahora, Lubertino ha presentado un pedido de informes en la Legislatura porteña, pero denunció que desde “el PRO no quisieron tratarlo”. En este sentido, la diputada aseguró que “hubo maltrato y respuestas violentas del macrismo que no quiso tratar el pedido de informe en la sesión pasada”.

“Creemos que deben tener algo que ocultar, porque de otra manera no se entiende que no quieran dar lugar al tratamiento del pedido de informe”, agregó Lubertino.

En este sentido, la legisladora recordó que “(el jefe de Gobierno porteño, Mauricio) Macri está procesado por operativos de la UCEP, por situaciones de iguales características en otros momentos”.

En tanto, sobre este caso, sostuvo que habría un testigo de la noche que se llevaron a Pechito y que lo llamarán a declarar.  Según Lubertino, cuando Pechito apareció en el hospital Piñeiro dijo “que se sentía bien y que no consentía en ser internado. Tenía hambre y se lo vio bien y afirmaba que de esa iba a salir”.

 

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