Tras semanas de audiencias y más de un mes de desarrollo del juicio oral, la Justicia de Lomas de Zamora dictó el veredicto en la causa contra el ginecólogo Diego Javier Clementi, imputado por abusos sexuales reiterados contra pacientes en su consultorio de Burzaco.
El Tribunal Oral en lo Criminal N°3 —que siguió la audiencia de manera remota por Zoom— condenó al médico a 14 años de prisión domiciliaria, con la utilización de tobillera electrónica.
El juicio, que se desarrolló desde mediados de octubre, fue considerado uno de los procesos más complejos y resonantes vinculados a violencia sexual en contextos de atención médica en la región sur del Gran Buenos Aires.
Clementi estaba acusado por la fiscalía de múltiples hechos de abuso sexual con acceso carnal cometido en forma reiterada, abuso sexual gravemente ultrajante y otras figuras penales asociadas a su rol como profesional de la salud.
El proceso se llevó a cabo en el Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de Lomas de Zamora, integrado por los jueces María Fernanda Anaya, Marcelo Hugo Dellature y Luis Miguel Gabian.
A lo largo del debate oral se desarrollaron numerosas audiencias en las que declararon las denunciantes, peritos y el propio acusado.
Durante el juicio, al menos una docena de víctimas brindaron su testimonio ante el Tribunal, detallando episodios en los que —según las acusaciones— Clementi se habría aprovechado de su posición de autoridad como médico para cometer los hechos investigados.
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En sus intervenciones, Clementi negó enfáticamente las acusaciones. En una de sus declaraciones sostuvo su inocencia y llegó a pedir disculpas por si en algún momento había sido “tosco” en el trato profesional, aunque rechazó de manera categórica las imputaciones por abuso sexual.
La defensa del ginecólogo también cuestionó las denuncias y sostuvo que se trataba de una “causa armada”, además de insinuar la existencia de motivaciones ajenas al proceso judicial. Esos planteos no fueron avalados por el Tribunal al momento de dictar el veredicto.
La causa se fue construyendo a lo largo de los últimos años a partir de denuncias que, en algunos casos, se remontan a 2017.
Según relataron varias de las denunciantes y organizaciones que acompañaron el proceso, los hechos denunciados evidenciarían un patrón de abusos sostenido en el tiempo, facilitado por el vínculo médico-paciente y la asimetría de poder existente.
Durante el juicio, distintos colectivos de víctimas y organizaciones feministas acompañaron el proceso judicial y reclamaron una respuesta efectiva por parte del sistema judicial.
Tras conocerse el veredicto, fuentes judiciales y allegados a la defensa adelantaron a este medio que la sentencia será apelada ante instancias superiores.
Las víctimas y sus representantes legales, en tanto, valoraron la condena como un paso significativo hacia la justicia, aunque remarcaron la necesidad de seguir fortaleciendo los mecanismos de protección y acceso a la Justicia para quienes atraviesan situaciones similares.