Rocco Carbone es un filósofo y analista político italiano naturalizado argentino, quien tiempo atrás esbozó la teoría del Experimento Milei. En diálogo con Política del Sur, hizo un análisis de su teoría ante la situación actual política y económica de la Argentina.
Para comenzar, Carbone expresó que “la sociedad es capitalista y está dividida en clases sociales". "Yo creo que hay dos grandes clases sociales. La clase que orienta su existencia o su vida alrededor del trabajo, los trabajadores y trabajadoras, seamos formales, informales, cartoneros, monotributistas, intermitentes, de plataforma, etcétera. Y luego la clase que se organiza alrededor de la gran propiedad. Que está integrada por personajes que tienen dos, tres o cuatro apellidos”, apuntó.
En línea con esto, advirtió que “este Gobierno trabaja para la clase de la gran propiedad y afecta permanentemente a la clase del trabajo. Trabaja para la aristocracia tecnológico-financiera local y global, para los monopolios corporativos globales absolutistas totalitarios. O sea, para los Elon Musk de la vida o los Galperin de la vida”.
“Esa clase social que se organiza alrededor de un flujo libidinal del capitalismo, que es el capitalismo tecno digital, de plataforma, tecno-financiero, propio del siglo XXI. Y que va en contra del capitalismo clásico, productivo, que se organiza alrededor de la mercancía, del comercio, del agro, de la industria”, detalló.
Por otro lado, sostuvo que “la temporalidad de este gobierno, va a depender de la lucha de clases. La finalidad de la lucha de clases no es mejorar los salarios de los trabajadores y las trabajadoras, tampoco es mejorar las condiciones de los trabajadores y de las trabajadoras. Es el desplazamiento de clase, de la clase de la gran propiedad de la estatalidad”.
“Cuando en el campo de la emancipación logremos organizar una nueva estatalidad, una nueva mayoría, una nueva herramienta de emancipación que pueda desgajar, desplazar a la clase de la gran propiedad de la estatalidad, entonces va a terminar este experimento teratológico, que va en contra de la vida de la clase trabajadora permanentemente”, remarcó.
También afirmó que en América Latina hay experiencias fascistas. "El fascismo es una herramienta del capitalismo en crisis. Cuando el capitalismo atraviesa una crisis social, para que esa crisis social la pague la clase trabajadora y el capitalismo se preserve, activa una de sus herramientas posibles, que se llama fascismo”, planteó. Y señaló que “el fascismo tiene la tarea de cuidar la vida capital y descargar todas sus patologías sobre las clases trabajadoras. El fascismo en el siglo XXI está teniendo distintas declinaciones. En la Argentina tenemos una, en Estados Unidos tenemos otra, en el norte de África otra más, la forma del genocidio”.
Asimismo explicó que hay dos elementos característicos del fascismo. "Uno es el supremacismo, lo que decía el presidente de Milei ‘somos estéticamente superiores’, ahí hay una vertiente supremacista”. Y el segundo elemento es el antagonismo radical: “Cristina Fernández de Kirchner presa, todos y todas las que expresamos una idea distinta respecto de la politicidad inherente a LLA, somos enemigos, argentinos y argentinas del mal”, detalló.
“Ese poder fascista inherente a LLA pretende inhibirnos, censurarnos. Pero al mismo tiempo necesita de la fuerza de trabajo para enriquecerse. Entonces, estamos frente a una etapa superior del capitalismo que es ultra radical, fascista, sigilosa del siglo XXI. Donde el capitalismo pretende apropiarse no solo de la riqueza creada por los trabajadores y las trabajadoras, sino que pretende apropiarnos de nuestras existencias y ponerlas a disposición de los grandes poderes globales como Trump”, subrayó.
Por otro lado, lamentó que “ese resultado va a ser pobreza, 20 años, 30 años, 40 años, si el campo nacional y popular y el campo de la emancipación no logran hacerse de la estatalidad nuevamente. "La deuda que solicitan ellos la vamos a pagar nosotros. La solicita la clase de la gran propiedad y sus representantes, y luego la paga la clase trabajadora y su descendencia”, explicó.
“Entendemos para modificar la realidad, tratamos de entender para organizar mutaciones políticas de orden popular, de orden vitalista, emancipador. Un poder es limitado solo si en el campo antagonista se logra organizar otro poder. El poder de la reacción será limitado por el poder de la emancipación. El poder de la reacción no va a implosionar solo”, finalizó.