A más de ocho meses del crimen de Alexis Cancino, el sargento de la Policía Bonaerense asesinado mientras trabajaba como chofer de una aplicación de viajes en Ingeniero Budge, su familia reclama justicia y que el caso no quede impune.
En diálogo con el programa radial Política del Sur, Melina Cancino, hermana de la víctima, contó los detalles de la causa, que tiene a tres acusados detenidos con prisión preventiva a la espera de ser juzgados, y reconoció su temor a que uno de ellos espere el juicio en libertad.
"Si no hay una sentencia firme, podría quedar en libertad, porque así lo determina el Fuero Penal Juvenil", señaló el lunes pasado la entrevistada sobre el detenido, que era menor de edad al momento del hecho.
"Como familia, esperamos una fecha de juicio para que mi hermano, mi familia y mi sobrino tenga justicia, y este no quede como un caso de inseguridad más", manifestó.
Además, recordó un reciente episodio de inseguridad cometido por un grupo de ladrones que la atacaron en la calle, y que no descartó que estén relacionados a la familia de los asesinos, aunque no pudo confirmarlo.
El presunto asesino, que tenía 17 años al momento del crimen, fue detenido fue apresado en inmediaciones de una vivienda ubicada en Bustos al 4700, casi en el cruce con Blandengues, en medio de un operativo supervisado por la Justicia de Lomas de Zamora. Fue a metros del lugar del crimen.
Los otros acusados tras las rejas, de 19 y de 40 años, fueron apresados el 15 de febrero y el 27 del mismo mes, respectivamente. El segundo de ellos se hallaba alojado, aunque a raíz de otro asalto, en la Alcaidía Roberto Pettinato de La Plata.
Por su parte, el cuarto integrante de la banda, que era padre del último delincuente capturado, fue abatido por Cancino durante el tiroteo en el que lo asesinaron para robarle, mientras estaba franco de servicio, y trabajaba como remisero.
Vale la pena recordar que Cancino, sargento del Grupo de Apoyo Departamental (GAD) de Lomas de Zamora, fue asesinado a tiros el pasado 6 de febrero a la madrugada, en Blandengues y Homero Bis, en el barrio Santa Marta, donde delincuentes armados lo abordaron con intenciones de robo mientras manejaba su Chevrolet Corsa.
Sin dudarlo, el policía, que estaba de civil y en su día de descanso, extrajo su pistola reglamentaria, una Glock 19 calibre 9 milímetros, e intentó repeler el ataque. En ese instante, se desató un tiroteo.
Cancino recibió un disparo en el abdomen, con orificio de entrada y salida, que lo dejó gravemente herido. A pesar de los esfuerzos de los paramédicos que llegaron al lugar, falleció camino a la Unidad de Pronta Atención (UPA) de Fiorito. Uno de los agresores, identificado como Guillermo Ramón Torrez, de 40 años, también resultó herido de bala y murió por heridas en el hombro y el tórax.