La pelea que despunta en el horizonte bonaerense y que amenaza con convertirse en un vibrante mach de ajedrez tendrá por protagonistas al mileísmo y el macrismo con el propósito central de avanzar en la constitución de una alianza electoral.
Si bien antes las fuerzas del cielo deberán recorrer el prolegómeno de cerrar la fusión con el bullrismo, la negociación por el armado de una alquimia en 2025 con los amarillos los hace cavilar opciones antes de afrontar el momento crucial.
El presidente Javier Milei y Mauricio Macri reiteran cada vez más periódicamente sus encuentros de milanesas y ensaladas en la Quinta de Olivos buscando ensanchar el terreno aún resbaladizo de la posible conjunción que, desde ambos bandos aclaran, será solamente de carácter electoral: “Los dos nos necesitamos mutuamente pero no hay que irritar al bullrismo”, advierte a PDS un operador platense violeta.
La jugada libertaria apunta a consolidar un esquema de armados en todos los distritos bonaerenses que contengan a referentes de manera horizontal que respondan a una misma cabeza:el operador Sebastián Pareja, que tiene terminal en la secretaría general de la presidencia con Karina Milei y su mano derecha Eduardo Lule Menem.
Tal cuál anticipó PDS, una cosa es la teoría y otra la práctica y en el laboratorio violeta saben que no será fácil trasladar lo que hoy reflejan las encuestas, una ventaja importante del mileísmo sobre el peronismo kirchnerista, al terreno del conurbano bonaerense donde los intendentes del PJ manejan un aceitado aparato.
La Matanza será el centro neurálgico de la estructura en el Gran Buenos Aires, allí los violetas harán pie en lo que construyó con su candidatura a la intendencia Damián Dipy Martínez y jugarán la carta de comenzar a instalar a la mediática Florencia Arietto para ir por la intendencia en 2027.
En el resto de las comunas del sur del conurbano la movida será similar, aunque en algunos lugares el bullrismo tiene preponderancia como en Almirante Brown con Florencia Retamoso y en Tres de Febrero con el ancho de espada de la ministra de seguridad, Diego Valenzuela.
También dice presente la estructura consolidada que el delatorrismo detenta en San Miguel con el intendente Jaime Méndez a la cabeza.
Más allá de estas especificaciones, lo construido hasta el momento es precario y eso es admitido puertas adentro por los principales referentes libertarios.
Es justamente por eso que apuntan a poder comenzar cuanto antes con las bajada de Javier Milei al conurbano bonaerense para lograr traccionar esos apoyos que hoy tiene el presidente en los sondeos a lo territorial: “Hoy los votos son de Javier y en el 2025 él no estará en las boletas y eso habrá que tenerlo en cuenta como un escollo”, desliza una fuente parlamentaria ante este portal.
El objetivo prioritario violeta pasa por la necesidad de tener un fiscal propio en cada mesa de todos los rincones de la provincia de Buenos Aires.
La otra cuestión que tiene en vilo a los enviados bonaerenses de las fuerzas del cielo son los posibles candidatos para encabezar la oferta electoral.
El presidente ve con buenos ojos a su recuperado a la mesa chica luego de dos años de distanciamiento, el economista José Luis Espert, pero choca con la resistencia de Karina que preferiría un pura sangre como Sebastián Pareja que tiene como punto negativo un bajo nivel de conocimiento a diferencia del pelado.
Los violetas no admiten por el momento que el PRO macrista pueda encabezar la boleta solo admiten en privado que podrían ceder el primer lugar ante la posibilidad de que el bullrista Diego Valenzuela decida jugar en las elecciones de medio término como trampolín para la candidatura a la gobernación en 2027.
El intendente del oeste bonaerense es amigo de los tiempos de facultad de Milei y visita periódicamente no solo al presidente en Olivos sino también al jefe de gabinete Guillermo Francos en la Rosada.
Los amarillos si bien descuentan que partirán en una posición desventajosa por la popularidad de Milei también buscarán hacer valer en la negociación el factor territorial.
El armado del PRO en el conurbano sur es una de las piezas que los macristas pondrán arriba de la mesa, pese a que perdió Lanús Néstor Grindetti detenta un importante armado que se extiende a Lomas de Zamora y Avellaneda.
En la zona norte del conurbano, el macrismo concentra la mayor fortaleza con Soledad Martínez en Vicente López, una ahijada política de Jorge Macri, y el sanisidrense Ramón Lanús que desbancó a los Posse.
En el interior, también el PRO ostenta el segundo polo poblacional bonaerense después de La Matanza, Mar del Plata, donde manda Guillermo Montenegro además de tener puntas en todos los distritos de la Quinta y Sexta Sección.
En la Cuarta se hacen fuerte en Junín con Pablo Petrecca y en la zona norte bonaerense, Segunda Sección, conducen Pergamino con Javier Martínez y la estratégica San Nicolás con los hermanos Santiago y Manuel Passaglia.
En La Plata sostienen el armado de Julio Garro que perdió la elección municipal por escasos 5000 votos contra Julio Alak.
Todos esos argumentos expondrá el PRO para buscar imponer a Karina Milei el imperativo de que un candidato amarillo encabece la boleta de la factible alianza electoral.
El elegido por Macri para pulsear por ese lugar es Diego Santilli, alguien que más allá de la lealtad al conductor del PRO también fue un solado larretista contra el bullrismo en la interna amarilla y ya tiene un nivel de instalación indiscutible en la provincia.
Además, es alguien que cuenta con la ponderación de la Casa Rosada: “Diego pasaría el filtro de Karina sin dudas, es el más mileísta del macrismo”, lo define un legislador provincial amarillo ante este medio.
En rigor, el PRO exhibirá su poder basado en las 16 alcaidías que maneja y un sustento territorial construido a lo largo de más de 20 años en la provincia de Buenos Aires.
El espacio que conduce hoy Cristian Ritondo, otro alfil macrista que superaría el escáner violeta, sabe que tendrá una dura tarea en caso de que, como todos presagian, finalmente se sienten a una mesa macristas y violetas para acordar una temporaria alianza electoral.