Alerta: la obra pública es el factor con que Milei quiere debilitar al peronismo bonaerense

En primer lugar, cabe recordar que el ministro de Economía, Luis Caputo, luego de dar a conocer el primer paquete de ajustes, dijo satisfecho, aunque nervioso: “La gente recibió estos anuncios muy contenta”.

En el paquetazo de medidas sobresalió en términos políticos sobre todo en un tema que enseguida causó escozor entre los intendentes bonaerenses y los empresarios de la construcción: la paralización de la obra pública.

El gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, entiende más que nadie que su provincia aún está carente de infraestructura para el desarrollo pleno de la industria y el campo y por eso no descarta tomar medidas inéditas.

Hace una semana, en un encuentro con la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), Kicillof señaló: “En la provincia contamos con la convicción y la decisión política que nos permitieron sostener la inversión en obras públicas”.

En ese sentido añadió: “Desde el Banco Provincia hemos triplicado los créditos para la construcción y apostamos a continuar con un plan de infraestructura como no se veía desde hace mucho tiempo y con el que comenzamos a saldar deudas estructurales de nuestra Provincia”.

Quien rápidamente habló luego del gobernador fue el titular de la CAMARCO bonaerense, Lucas Luciano y al tiempo que elogió la mirada federal del gobierno provincial, destacando la finalización de obras emblemáticas en la provincia, advirtió sobre el impacto negativo que habría en la generación de empleo en caso de detener la obra pública.

Son muchos los sectores en estado de alerta por la paralización de la obra pública que vale recordar, fue lo que levantó a los Estados Unidos luego del crack del 30. El economista británico John Maynard Keynes en su momento descalificó la idea vigente de que el libre mercado automáticamente generaría pleno empleo. El principal postulado de Keynes fue que el libre mercado carecía de mecanismos de auto-equilibrio por lo que EE.UU tomó estas ideas luego del crack de la Bolsa de Comercio por la supuesta autorregulación del mercado y justificó la intervención del Estado orientada a lograr el pleno empleo con la obra pública.

Luego de los anuncios de Caputo, de manera inmediata, el ministro de Infraestructura Guillermo Ferraro, convocó hace cuatro días, a autoridades de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), Unión Industrial Argentina (UIA), Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA), Sociedad Rural Argentina (SRA), Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) y la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA); a fin de articular el sector público con el privado y lograr la participación de las empresas en la ejecución y financiamiento de grandes obras.

Ferraro intentó transmitir la posibilidad de llevar la obra pública al terreno de la inversión puramente privada e ir al famoso modelo chileno, pero quien ante todo levantó la mano para advertir esta modalidad fue el titular de Cámara de Constructores de la provincia libertaria/macrista por excelencia: Córdoba.

El presidente de la Cámara de la Construcción de Córdoba, Horacio Berra, remarcó que “en ningún modelo a nivel mundial la inversión y la infraestructura es 100% privada, por lo que siempre el Estado es mayoritario en la participación de la inversión en infraestructura” y sobre el caso de Chile, el presidente de la Cámara manifestó que en ese país vecino “en realidad la participación privada hoy no llega al 10%”.

Pero también de manera inmediata, el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Gustavo Weiss, se refirió al anuncio del Gobierno sobre detener la obra pública y advirtió que de esa manera “se podrán hacer muy pocas iniciativas porque el grueso de las obras de infraestructura no tienen interés económico para un privado”.

En referencia al anuncio del Gobierno de no licitar obra pública, dijo: “Suponíamos que iba a haber un ajuste en la obra pública, se cancelan los contratos de aquellas licitaciones cuyas obras todavía no empezaron, no va a haber nuevas licitaciones y continuarían las obras que están en curso, no dijeron de qué forma”.

Weiss dijo que “3.000 son las obras que estarían en este momento en ejecución” y sostuvo que “el empleo total es de 550 mil personas entre mensualizados y jornalizados y en la obra pública serían unos 270 mil de manera directa”.

Consultado sobre si la cancelación de obras puede generar litigios, dijo que “si hay un contrato firmado y una de las partes no lo cumple, potencialmente se puede entablar una demanda en la Justicia”.

Esta realidad que empieza a generar despidos y juicios laborales sin que antes Milei haya actuado sobre la reforma de una ley laboral como proponían asesores más ortodoxos pone contra las sogas a los empresarios de la construcción y no es un tema menor.

Luego de la noticia en Avellaneda, capital de la construcción de la vivienda pública, de que 400 personas quedaron en la calle, hubo una alerta entre los intendentes y una fuente muy calificada del peronismo más tradicional del municipio que lidera Jorge Ferraresi, dijo a Política del Sur que “los intendentes le darían la representación total y absoluta a Kicillof para que se encargue de ser el interlocutor con el gobierno nacional”.

El peronismo y sobre todo los intendentes, al menos quienes lo vivieron en carne propia, extrañan y mucho la época en que los presidentes Néstor Kirchner sobre todo y luego de manera más seleccionadora, Cristina Fernández, hacían un per saltum a los gobernadores y cerraban las obras públicas con los mismos jefes comunales.

Mario Secco, de Ensenada, semanas atrás había detallado que en ese encuentro le pidieron a Kicillof “que conduzca”. Como ya había adelantado PDSur sobre los que aspiran a suceder al gobernador, el grupo de intendentes que rodea a Kicillof -que además de Secco incluye a Ferraresi Fernando Espinoza (La Matanza) y Fabián Cagliardi (Berisso), entre otros- pone sobre la mesa en esa idea de que el preferido de la ex vicepresidenta de la Nación, sea conductor  para la discusión interna del peronismo.

Por lo que averiguó este medio, la CAMARCO, también apuesta a que en la reunión que vaya a haber de los gobernadores con el presidente Milei, Kicillof defienda la coparticipación para que la obra pública, motor político y económico de la Provincia, no se detenga.

La otra opción, que había adelantado el economista Carlos Maslatón, la levantó el nuevo hombre fuerte del gobierno bonaerense y adelantó que no se descarta la emisión de una moneda propia (no cuasimoneda como el viejo patacón), para resolver este conflicto de tantos intereses cruzados: intendentes, trabajadores, cámaras empresarias, pymes proveedoras de la construcción y por supuesto la UOCRA y sus afiliados.

El ministro de Gobierno bonaerense dejó abierta esa posibilidad al afirmar: “Por ahora no estamos avanzando en ese sentido, pero si consideramos que resulta una herramienta que puede paliar cierto déficit de liquidez o de crédito, será evaluada como tal”.

Guillermo Ferraro, aseguró este viernes que el Gobierno nacional identificó financiamiento de obras por unos US$ 4.000 millones otorgado por organismos multilaterales, partidas que están “subejecutadas o ralentizadas” por lo que se pondrá el foco en su normalización.

Asimismo, el funcionario reiteró que está garantizada la continuidad de las obras que ya están en ejecución pero aclaró que se dejarán sin efecto los nuevos proyectos que estaban licitados o planeados pero aún no arrancaron.