Los intendentes del PRO apuestan a la unidad con los radicales para fortalecerse en la negociación por el Presupuesto

La preocupación por el devenir de los acontecimientos luego del 10 de diciembre no solo embarga las huestes del gobernador bonaerense Axel Kicillof sino que también sume en el desosiego a los alcaldes de Juntos por el Cambio y a los del PRO en particular.

Los amarillos vienen de sufrir una sangría importante en el número de intendencias en octubre, se quedaron con las manos vacías en Lanús, La Plata, Bahía Blanca y Olavarría.

Nuevos bríos sacuden la estructura del partido que fundó Mauricio Macri, uno de los grandes ganadores en octubre el sannicolense Manuel Passaglia, que le dejará la intendencia a su hermano Santiago, pidió una urgente autocrítica a sus pares en un encuentro que se llevó a cabo recientemente en La Plata.

Passaglia si bien no se manifestó a favor de Javier Milei trabajo en la sombras y ayudó con la logística de fiscales, lo mismo que la discípula de Jorge Macri, la intendenta de Vicente López, Soledad Martínez.

Quién proclamó de manera pública una postura a favor del libertario fue el pinamarense Martín Yeza que logró retener angustiosamente la intendencia de aquel distrito costero para el PRO y se desempeñó por pedido de Macri como articulador de la fiscalización en tierra adentro bonaerense.

La idea de los alcaldes amarillos pasa por seguir jugando en tándem con el foro de intendente radicales y el peronista Jesús Méndez, reelecto en San Miguel, que responde al senador provincial Joaquín de la Torre, alguien que en su momento puso a disposición de Javier Milei, con la complicidad de Mauricio Macri, su estructura bonaerense para competir en la interna de Juntos por el Cambio cuando el ex presidente pulseaba por sumar al libertario a la alianza opositora.

Milei no olvidó esas deferencias y Pablo de la Torre, hermano de Joaquín, podría recalar como funcionario del flamante gobierno en el área de Desarrollo Social.

Los amarillos consensuaron aunar los esfuerzos que sean necesarios para lograr preservar la unidad de Juntos por el Cambio, entienden que la victoria de Milei contribuyó de manera notoria para ese menester.

Razonan que un triunfo de Sergio Massa hubiese generado un efecto fuga de dirigentes radicales hacia la tentadora oferta peronista de gobierno de unidad nacional.

En rigor, el objetivo pasa por acumular poder político conjuntamente con los centenarios para enfrentar las negociaciones por el Presupuesto con Kicillof desde una mayor relación de fuerzas y obtener mejor tajada de las mismas.

“Necesitamos peso político para negociar con el Gobernador, por eso seguiremos juntos, los radicales tampoco pueden hacerse los tontos porque también necesitan dinero y el año que viene es una incógnita para todos”, explica con contundencia a PDS un legislador provincial de la tropa de los alcaldes amarillos.

Los intendentes del PRO mantienen la esperanza de que Mauricio Macri redima ciertamente el error de haber propiciado una interna para bloquear a Larreta que terminó siendo devastadora para las chances de Juntos por el Cambio y contribuya a moderar los ímpetus de motosierra de Milei: “Mauricio se debe hacer cargo del desastre que causó, más allá de que le haya salido a él bien lo de Milei”, se quejan.

Está claro que el interrogante que se abate sobre los intendentes del PRO no encuentra respuestas efectivas y es en esa línea que entienden que, más allá de las diferencias coyunturales que puedan esbozar con sus socios correligionarios, nadie tirará la primera piedra ni buscará una ruptura. “Milei nos unificó”, sostiene otro puntal legislativo.

Reclamo por deudas y búsqueda de un nuevo liderazgo bonaerense

Los alcaldes amarillos acordaron con sus colegas radicales poner en el primer punto de la hoja de ruta de la negociación con Axel Kicillof la cancelación de manera perentoria de los cerca de 13 mil millones de pesos que les adeuda la provincia y que, según denuncian los jefes comunales, fueron pisados por el Gobernador para favorecer a los candidatos peronistas.

Los que los jefes comunales juntistas quieren es que ese compromiso quede plasmado en la letra fría del Presupuesto: “Los intendentes hace mucho tiempo que vienen reclamando incumplimientos y que no se les paga, como ahora sospechan que Kicillof dejará de recibir recursos adicionales quieren asegurase que se atenderá ese reclamo por escrito, ya están cansados de promesas”, asegura enojado a PDS otro legislador provincial juntista.

En rigor, los intendentes cambiemistas buscarán aprovechar la debilidad estructural de Axel Kicillof en la Legislatura bonaerense para fortalecerse en la negociación y sacar mejores réditos en un año que vislumbran difícil y de transición hacia los comicios de medio término.

Otro tema que desvela a los intendentes amarillos tiene que ver con la impronta que va a tomar el rumbo partidario provincial, ya se habla de nuevos liderazgos que asoman dentro de la fuerza como Manuel Passaglia aunque sin descartar a Guillermo Montenegro que logró retener a duras penas Mar del Plata.

Otra referente que se apronta en las gateras para alzarse con la conducción amarilla en la espada de Jorge Macri, es la alcaldesa de Vicente López Soledad Martínez.

Queda más rezagado en la carrera el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, que quedó debilitado internamente luego de haber jugado fuerte por el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, y a quién algunas voces inquisidoras acusan que, junto a Julio Garro, le sacó el cuerpo a la campaña de Néstor Grindetti y Patricia Bullrich.