“Hablar o no hablar durante el acto sexual depende de los gustos de cada uno”, aseveró la sexóloga Silvina Lizarraga en su columna habitual en Política del Sur.
En esta línea, enfatizó que “son códigos que arma la pareja. Hay algunas personas que les gusta utilizar un lenguaje muy soez y hay otros que prefieren sonidos suaves, murmullos”.
“Las parejas que recién comienzan el vinculo están pegaditos y hablan muy bajito, es como que los corazones están abiertos para escucharse. A medida que va pasando el tiempo a voz se comienza a alzar porque es como que el corazón del otro no me escucha”, señaló la licenciada.
Por otra parte, comentó que “hay gente que se desconcentra si le hablan y hay otros que dicen que se calientan mucho si lo hacen entonces piden que no le digan nada”. “Tiene que estar la regla de hacer acuerdo siempre”, remarcó.
“En la sexualidad es importante tener en cuenta que cualquier cosa nueva que se quiera implementar, hay que ir incorporándola de a poco. Se puede empezar por decir una palabra y ver el efecto que tiene. Es de menos a más”, subrayó.
Estimó que “el punto está en cuánto me permito jugar y cómo es mi diálogo con respecto a la sexualidad y a las fantasías con mi pareja. Si la fantasía es de uno solo y el otro no participa en nada, no está bueno”.
Por último, puntualizó que “hay veces que por complacer al otro hay uno que la pasa mal y eso no es negocio, no es un encuentro. Siempre hay un límite que no se tiene que pasar”.