Conectarse con uno mismo para perder los miedos a no ser aceptados

A veces se confunde el sexo biológico, el género y la identidad de género. Distintas “etiquetas” que en muchas ocasiones necesitamos calificar para darle forma.

En ese marco, Silvina Lizarraga dialogó con Política del Sur en su columna habitual de todos los viernes, donde expresó: “Tuve pacientes que uno percibía la incomodidad con sí mismo. Me pasó con hombres que en realidad eran gays, hay que trabajar mucho en eso. Tiene que empezar a conectarse con sus sensaciones, es muy grande el miedo de no ser aceptados. Muchas veces lo tienen muy guardado que lo expulsan de su cabeza para que no se venga ese monstruo al que tengan que enfrentar”.

De igual modo, Lizarraga considero que no se trata de “solamente porque probé y me gustó”.

Y agregó: “Hay algo que venía dando vueltas, es una elección cuando deciden tener relaciones sexuales con travestis. Es todo un trabajo muy delicado. Ante todo esto hay un negocio paralelo, ofrecen tratamientos hormonales, cambios en el cuerpo, hay muchos que caen en estas manos y es realmente muy complicado”.

Asimismo, la sexóloga recomendó: “En el Hospital Durán se trabaja con un equipo completo para trabajar en esta problemática que tiene que ver con la identidad. Hay operaciones que nos mostraron en congresos y son terribles referido al cambio de sexo”.

Además, Lizarraga remarcó que “todo trae un cambio de pensamiento y de organización social”. “Es feo pensarlo de ese modo porque es una persona, hay muchos peritos dedicados a eso. Dentro de la sexología hay algunos que se dedican a la parte de educación. El enfoque de pareja y como mejorar la sexualidad individual. Hay muchos que trabajan con la identidad de género”.

En esa misma línea, destacó: “Hay una etapa de la vida del ser humano del crecimiento adolescente que hay hasta juegos homosexuales. Por haberse besado con un amigo no significa que vaya a ser homosexual. Hay gente que quiere probar, hay atracción por una mujer o por un hombre. Somos una sociedad que pone tantas etiquetas. Le ponemos cartelitos, no sirve etiquetar”.

No obstante, aclaró que “se hace muy difícil cuando tenes que ocultar porque se hace una bola de nieve y es insoportable”. “Hay veces que no coincide mi cabeza con mi cuerpo y algo tengo que hacer con eso. No escuché de casos que se revierta, cuando elegís no escuché que se hayan arrepentido”, precisó.

Por otra parte, se refirió a la discriminación que existe por ser homosexual: “Vi la burla en otros países, en Italia por ejemplo. Hay como cierta cosa muy machista, hay una apertura muy grande y somos pioneros. Del matrimonio igualitario, pero es en Buenos Aires no es en todas las provincias. Hay un arraigo de machismo muy grande en las provincias”.

“La gente que no lo acepta cuando hay un joven cuando viene con estas características en el pueblo termina siendo expulsado. Vemos parejas y dos chicos o chicas besando en la calle y no nos impacta. En el interior de nuestro país está mal visto”, finalizó.