En el oficialista Unión por la Patria se viven horas febriles en la intención de dar indicios de contemporización entre las distintas vertientes que integran la remozada coalición.
De hecho, Cristina Kirchner decidió poner la barbas en remojo y convocó en su oficina del Senado nacional de manera separada al ministro de Economía y candidato Sergio Massa, al embajador Daniel Scioli y al frustrado presidenciable Wado de Pedro.
La Vicepresidenta exhibió rasgos de catarsis sobre los acontecimientos desatados durante el cierre de listas en su alocución en el Aeroparque del lunes pasado: se refirió en términos muy duros contra Alberto Fernández y también espetó cierta incordia hacia el titular de Economía no solo por la inflación persistente sino también por el curso de las negociaciones que dieron por tierra con la intención de la ex presidenta de catapultar en la boleta a Wado de pedro.
Luego de aquel episodio, Cristina decidió bajar un cambio y enfocarse en la campaña electoral, les solicitó a sus tres visitantes que eviten confrontaciones inútiles y estériles que no hacen más que hacerle el juego a los medios hegemónicos. “Cristina ordenó la oferta, ahí demostró que sigue siendo la gran articuladora más allá de las especulaciones periodísticas que la prefieren mostrar en retirada”, explicó a este portal un legislador provincial peronista.
También hubo un pedido de Sergio Massa al interior de Unión por la Patria para que cesen las hostilidades, la reunión de gabinete convocada en la jornada del miércoles luego de casi ocho meses tuvo la intención de mostrar unificación en la acción.
Es un hecho que Alberto Fernández no tendrá incidencia en la campaña, sólo se lo podrá ver en la inauguración pomposa del primer tramo del gasoducto Néstor Kirchner el 9 de julio, ocasión que reunirá al pleno de los fundadores del otrora Frente de Todos.
El mandatario nacional será apartado sutilmente del recorrido proselitista, en rigor seguirá con su agenda regional o se encargará de cuestiones meramente protocolares: triste, solitario y final.
La decisión de Sergio Tomás Massa de quedarse en el Ministerio de Economía por lo menos hasta la PASO da pistas sobre por dónde encarrilará el oficialismo su campaña: buscará mostrar gestión con anuncios casi diarios e inauguraciones de obras en las distintas provincias haciendo foco en la estratégica Buenos Aires y dejando en un plano marginal las variables económicas como el aumento del costo de vida
Es de esperar que de aquí hasta el 18 de julio, fecha que comienza la veda de anuncios gubernamentales, veamos a un Massa activo y gestionando.
Buscará un acuerdo de transición con el FMI que le permita llegar sin sobresaltos a diciembre aunque está en duda que el organismo internacional le pueda brindar fondos adicionales para batallar contra una hipotética disparada del dólar.
El Fondo le pide a Massa que acentúe la devaluación algo que choca de bruces contra la intención del tigrense de anclar la inflación en valores cercanos al 7%.
El operativo desmarque de la mancha venenosa de Alberto Fernández está en marcha, el primer mandatario ostenta niveles muy bajos de aceptación social y su gestión es ponderada por menos del 20% de la población.
El massismo buscará mantener el eje en la agenda productiva y se espera para las próximas horas un guiño a la clase media mediante un alivio en el piso de Ganancias.
El Ministro candidato comenzará con su equipo de campaña a diseñar los trazos que tendrá el recorrido hasta agosto.
Descuentan cerca de Massa que no contará durante la campaña con la activa presencia de la Vicepresidenta salvo en algunos actos puntuales especialmente los que se concreten en territorio bonaerense donde Cristina contribuirá a apuntalar la suerte de Axel Kicillof.
Massa buscará mostrarse lejos del discurso economicista que le atribuye a los principales candidatos de Juntos por el Cambio: “Ellos son el ajuste y la especulación financiera y nosotros somos la producción y el empleo”, desliza ante la consulta de este portal un referente cercano a los equipos de campaña del Ministro de Economía.
Si bien hay cierto alivio en Unión por la Patria por la caída en las encuestas de Javier Milei, desde el massimo prenden velas para que no se pinche del todo el libertario ya que razonan que si la interna de Juntos por el Cambio la gana Larreta parte del voto duro bullrista podría emigrar para engordar al espacio del economista para octubre y restarle chances al Jefe de Gobierno porteño.
En el campamento del titular de Economía no ocultan su preocupación por la ralentización del apoyo del kircherismo duro hacia la candidatura de Massa: “Sergio buscará tomar algunas medidas económicas de apuntalamiento de ingresos de los sectores más postergados para contener a quienes apoyen a Grabois en la interna”, sugiere un referente del tigrense a PDS.