Los gremios tejen viejas y nuevas alianzas para sumarse al armado electoral del peronismo

La conformación de la mesa política del Frente de Todos pretendía darle paz a la interna del oficialismo, que a medida que avanza el año complica más sus chances electorales con estos niveles de pelea intestina. Si bien al principio pareció que el documento calmaba las aguas, la salida de cinco senadores del interbloque en la cámara alta nacional volvió a poner en duda este proceso de unidad. En este contexto, la dirigencia sindical busca posicionarse en la dura disputa, a partir de viejas y nuevas alianzas. El principal instrumento que tienen es el Movimiento Nacional Sindical Peronista, lanzado el 17 de octubre del año pasado con el claro objetivo de buscar lugares en las listas del peronismo. En este espacio están los integrantes de la mesa chica de la CGT, que sumaron en los últimos días a un viejo conocido: Luis Barrionuevo.

El gastronómico volvió a gravitar el Azopardo con su armado Azul y Blanco y con una novedad política: su cercanía con Eduardo “Wado” de Pedro, el hasta ahora posible candidato del kirchnerismo si CFK es proscripta o mantiene su negativa de ser candidata. Esto incomoda al moyanismo y otros espacios, que hasta ahora eran el sostén gremial en torno a la vicepresidenta, pero ahora tienen una inesperada competencia. Además, se espera que la cumbre con Sergio Massa traiga certezas sobre su candidatura y el apoyo cegetista, hoy alejado del presidente Alberto Fernández.

En su tradicional asado en Mar del Plata, Barrionuevo volvió a mostrar que pese a las críticas que caen sobre su figura, sigue siendo un jugador de peso entre los gremios. Desde hace un tiempo está trabajando cerca del ministerio del Interior, hizo público su respaldo a una eventual candidatura. Esto, entre otras cosas, le resta un puntal a Massa, que llegó a la política y el peronismo de la mano del gastronómico. "Tenemos que revitalizar el peronismo que supimos hacer. Basta, hagamos sentir y valer el peso que tenemos”, reclamó Barrionuevo en el hall del Hotel Presidente Perón ante los medios presentes, antes de recibir a la dirigencia sindical, que comió y analizó el presente del peronismo. Estuvieron los dirigentes de la mesa chica como Héctor Daer, Carlos Acuña, José Luis Lingeri y otros de los integrantes de los “gordos” e “independientes”. No hubo presencia del moyanismo, aunque según pudo saber Política del Sur, las invitaciones “fueron cursadas como cada año”.

La grieta mayor dentro del movimiento obrero parece que está en estos dos bloques. La conducción de la CGT alineada al peronismo –con Massa, Daniel Scioli o incluso el mismo Alberto Fernández como candidatos –y el moyanismo y la Corriente Federal más cerca de una propuesta del kirchnerismo. aunque la alianza inesperada entre De Pedro y Barrionuevo trastoque ese esquema. En tanto, algunos sectores comienzan a buscar alternativas, en especial luego de las voces disidentes del peronismo a la pelea del Frente de Todos. En ese camino, llamó la atención la presencia de Armando Cavalieri en Córdoba, donde se entrevistó hace unos días con el gobernador Juan Schiaretti. Según las versiones, ambos coincidieron en la reunión de la CAME en la provincia mediterránea y tuvieron “un encuentro protocolar”. Pero algunos creen que hubo más en esa conversación y hablan de “promover encuentros del cordobés con líderes de la CGT”. En el entorno de Cavalieri le aclararon a Política del Sur que el mercantil “no está promoviendo ninguna candidatura presidencial”.

En esta pulseada, el sector del Frente Sindical de Pablo Moyano está en minoría, pero cuenta con el aval de Cristina Fernández de Kirchner, hoy todavía la dirigente con más intención de voto en el peronismo. Para evitar tensión más la pelea gremial, se encargó a dos “extra CGT” que busquen una cubre con CFK para tratar de convencerla de ser precandidata: Sergio Palazzo y Hugo Yasky. Muchos de estos dirigentes estuvieron con Máximo Kirchner y acordaron el “operativo clamor” que se viene en diversos sectores, para imponer la figura de la vicepresidenta, pese a la condena judicial y su propio corrimiento.

Las nuevas y viejas alianzas hacen que lo que es posible hoy sea traumático mañana. El aval del kirchnerismo a la gestión de Massa no derrama al sector sindical. Si bien no hay enfrentamiento directo con el ministro, los dirigentes no aceptan su “paritaria oficial” del 60 por ciento anual que se intenta imponer, y además quieren volver a pedir una suba fija para recomponer los salarios. Esto es cuestionado por el equipo económico del ex intendente de Tigre, algo con lo que coinciden los conductores de la CGT. El tema será parte de la cumbre que tenga Massa con la central obrera cuando vuelva de India, donde podría sellarse el respaldo cegetista a la candidatura. para eso también deberán acordar otros temas, como el dinero que se debe a las obras sociales. Si esto sucede, el último bastión de la cada vez menos posible reelección del presidente queda muy debilitado. Hoy, salvo Daer, amigo personal de Alberto Fernández, el resto ya piensa en el ministro. Si sucede, sectores alejados del oficialismo podrían volver al peronismo, como la UGATT de Omar Maturano, hoy muy crítica al gobierno nacional.