Merlo y Olivos: en el FDT bonaerense hay unidad, pero son dos a falta de una

Mientras el ministro de Economía, Sergio Massa, intenta bajar la inflación y sostener algo de calma en los mercados para que el Frente de Todos tenga una oportunidad electoral, el peronismo del conurbano juega al poder con sus propias reglas y se empiezan a dividir las aguas mientras muchos pregonan la unidad.

Hubo dos cumbres que marcaron el termómetro de la política oficialista en el principal territorio electoral donde hoy, según el censo 2022, viven 10.8 millones de personas. Una fue en el oeste, en Merlo y la otra, en la zona norte: Olivos.

Y según pudo saber Política del Sur de fuentes allegadas a presentes de estos encuentros, en los dos se habló de dos cosas: recursos y unidad, pero en los dos, al parecer, los intendentes del conurbano no lograron respuestas satisfactorias.

“(Los intendentes) le pidieron a Alberto (Fernández) que no se enemistara con la vicepresidenta Cristina Fernández y que se sentaran a arreglar sus diferencias”, confió a este medio una fuente cercana a un intendente de la Primera, presente en las dos reuniones.

Los jefes comunales saben que la oposición, si bien no termina de capitalizar el descontento de la población por el malestar económico por propia impericia, tampoco le quieren dejar el plato servido por mala praxis propia, pero a pesar de que así lo expresan, las dos fotos que se generaron los días pasados, demuestran que están lejos de coordinar una estrategia.

Una fuente que charló con este medio de la Tercera Sección, defendió a los alcaldes, a pesar de que algunos parecen dispararse en los pies, pero también es cierto, según confesó, que el peronismo disidente salió como ambulancia para aquellos que están fastidiosos en el momento de mayor debilidad del kirchnerismo.

Pero ¿por qué el fastidio? Al parecer los popes del poder en el conurbano estarían sin brújula, desorientados, sin tener muy claro qué hacer y a la espera de una orden: “Están esperando que se les baje una línea clara”. Mientras tanto, el FDT se dividió en dos: por un lado, Merlo, por el otro Olivos.  

En el mapa de los intendentes, algunos muestran sus cartas sin ruborizarse, como es el caso de Martín Insaurralde y Jorge Ferraresi que lideraron la foto de Merlo y mandaron emisarios a Olivos (Marina Lesci por Lomas y Alejo Chornobroff). En Merlo, el gobernador Axel Kicillof ofició como anfitrión en una quinta de Gustavo Menéndez, y ya dijo que espera que lo inviten para el 16 al PJ nacional. 

El caso de Mayra Mendoza por Quilmes es transparente: es Cámpora. Le alcanzó con Merlo junto a Máximo Kirchner. Y del otro lado del mapa, por el oeste, el otro kirchnerista estuvo en las dos reuniones: Lucas Ghi, de Morón, pero se entiende porque es un jefe comunal con poco poder local como para jugar con cartas propias.

En tanto, los albertistas anticámpora ausentes en el oeste no faltaron a la merienda de la zona norte: fueron de la partida en Olivos, Alberto Descalzo por Ituzaingó, Juan Zabaleta por Hurlingham, Mario Ishi por José C. Paz y Juan José Mussi por Berazategui.

Los dos únicos kirchneristas que dijeron presentes en ambas reuniones fueron Mariano Cascallares por Almirante Brown y Mario Secco por Ensenada (¿Hay uno que no confía en su emisario?)

El gran ausente en ambas tertulias fue el inefable hombre de Esteban Echeverría, Fernando Gray, que de todos modos recibió hace horas nada más al ministro albertista de Hábitat, Santiago Maggiotti, quien entregó 76 viviendas.

Gray es el único intendente, declarado anticamporista rabioso oficialmente y lo dejó muy claro hace pocos días cuando dijo que “La Cámpora secuestró al peronismo” y que “hay que romper con el Edipo de Cristina”. La pregunta del millón es: ¿se animará a subirse a la ambulancia de Eduardo Duhalde y Juan Schiaretti? Porque al parecer, Olivos le queda tan lejos como Merlo.

“Tenemos que estar todos unidos en el mismo bote”, fue lo que dijo Alberto a los intendentes en la quinta presidencial, y todos asintieron con la cabeza, pero ¿en nombre de quién hablo el primer mandatario?, mientras el mismo Massa (que estuvo en las dos reuniones como referente del Frente Renovador y llegó tarde a Olivos), intimó al presidente que defina si será o no candidato. ¿Quiere saber que hará él?

El otro gran ausente en las dos cumbres, al igual que Gray, fue el mandamás de La Matanza. Nada menos. Fernando Espinoza, a diferencia de su par de Echeverría, no se declara anti nada por ahora, y según confiaron a este medio, el hombre quiere mantener una tercera posición interna para ver al final del camino como se arman las piezas arribas o quien le hace la mejor oferta política, pero una realidad, en el FDT, hoy nadie está en condiciones de prometer nada.

Hay que decirlo con todas las letras, en el peronismo hay unidad, pero son dos. Una que puja por tener PASO a nivel nacional y otra que busca la candidata de consenso. Y de ahí para abajo, que cada jefe comunal haga lo que le parezca localmente. Aunque La Cámpora presiona fuerte donde se siente discriminada por zurda.

Ahora Alberto espera jugar su próxima pieza el próximo 16 de febrero en la mesa nacional del PJ y espera no tener que suspenderla como pasó con la función que se iba a hacer este próximo sábado con los gobernadores y que se levantó porque no se vendieron todas las localidades.