Tensión en el Senado provincial por el pedido de desafuero a Allan

En el amanecer del año legislativo comienzan a desperezarse polémicas y disidencias dentro de los cuerpos parlamentarios.

Y más allá de los acuerdos entre las dos fuerzas políticas mayoritarias para votar algunas propuestas como el Consenso Fiscal que le permitirá a la provincia generar un escenario de mayor sustentabilidad financiera y una simplificación tributaria, hay otros temas urticantes que generan roces permanentes.

Cuando en enero, el titular del bloque de diputados del oficialismo, el camporista Cesar Valicenti, presentó una iniciativa que propenda la creación de una comisión investigadora contra el procurador, Julio Conte Grand, tras las expresiones del ex titular de Trabajo de María Eugenia Vidal, Marcelo Villegas, de crear una Gestapo para políticos y sindicalistas.

Una vez que bajó la primitiva efervescencia mediática, el peronismo aceptó que la única chance que tenía en Diputados de que la iniciativa tuviera algún viso de prosperidad era esperar el comienzo del año legislativo e intentar sacarla por mayoría simple con dictamen de comisión, y con el complemento de algún guiño de un sector del radicalismo que sintiese la incomodidad de defender a tropa ajena.

Durante febrero, el Senado provincial votó la autorización para que el juez, Ernesto Kreplak, procediese a allanar las oficinas del senador platense ligado a Patricia Bullrich, Juan Pablo Allan, que participó de aquella reunión en la sede capital del Banco Provincia donde Villegas vertió aquellos dichos.

Pero la escalada de la investigación hace que el magistrado platense este solicitando por estas horas al Senado la interpelación de Allan para el próximo 21 de marzo.

Este escrito ingresó por mesa de entrada del cuerpo legislativo cuando despuntaba el fin de semana XL, y ahora el cuerpo debe debatir, se presume en la semana siguiente a la Asamblea Legislativa, si procede a una sesión especial para desaforar a Allan y que pueda ponerse a disposición de la Justicia.

Cabe consignar que para un procedimiento de este tipo la Cámara Alta debe habilitar el procedimiento con los dos tercios de los votos de los presentes, número que ninguna de las dos fuerzas presumen, ya que sostienen una equiparidad de 23 legisladores cada una.

Si bien entre las fuerzas políticas que componen el Senado provincial se vislumbra una precaria tregua que disimula las diferencias políticas, también es bueno resaltar que cualquier chispa incendiará la pradera, al decir de Mao Tse Tung.

La postura de la oposición, según pudo saber PDS, es la de resistir la petición de Kreplak y seguir martillando sobre el trillado argumento de que el magistrado y la fiscal Ana Russo son militantes activos del kirchnerismo.

“No vamos dejarnos correr por la prepotencia de un juez que debe hacer justicia y no política”, disparó enojado a PDS un legislador juntista.

En tanto, desde el frente oficialista están dispuestos a ir por todo e intentar quebrar la insolvente unidad opositora, de hecho la titular del bloque oficialista, Teresa García, tiene línea permanente con Cristina Kirchner y hay quienes sospechan que la Vicepresidenta estaría arengando  a la tropa legislativa para intensificar las acciones contra Allan.

También hay que especificar que el mismo oficialismo tiene diferencias en su seno, de hecho la alianza entre los intendentes del conurbano y los popes de La Cámpora que propició que los principales espacios del poder de los cuerpos legislativos queden en manos de aquella sociedad estratégica, ha predispuesto de mala manera a algunos legisladores que reportan a los alcaldes del interior bonaerense.

A lo que también hay que agregar la situación acaecida dentro del bloque con la senadora Magdalena Goris, esposa del “rebelde” Fernando Gray, que pese a que todavía no ha hecho ninguna manifestación pública de disidencia, a veces los gestos reemplazan a las palabras: no ha emitido señales en el último tiempo sobre la posibilidad de acompañar una ofensiva contra el senador Allan.

Así las cosas, el pedido del juez Kreplak pareciera que tiene como destino el naufragio ante el abroquelamiento opositor, con cierta incomodidad radical es cierto, y un oficialismo que tampoco podría uniformemente asegurar el voto de los 23 senadores propios.

El pliego de Thea sigue estancado

Si hay algo en lo que coinciden los popes del oficialista Frente de Todos y la oposición es en la renuencia para votar el pliego de Federico Thea, el funcionario kicillofista que aspira a encaramarse en la presidencia del Tribunal de Cuentas provincial.

El cargo es vitalicio y tiene extremado poder de policía hacia aquellos intendentes y funcionarios provinciales que cometan alguna irregularidad en el manejo de los fondos públicos.

En rigor, ninguna de las fracciones políticas está dispuesta a darle un cheque en blanco por una larga extensión del tiempo a un funcionario que pueda complicarles la gestión a futuros mandatarios provinciales e intendentes.

Los actores con más influencia dentro del esquema oficialista reniegan de la posibilidad de que Kicillof pueda colocar a uno de de lo suyos en ese puesto estratégico.

La oposición pide que ante esta dificultad suscitada se pueda consensuar un nombre más moderado y con mayor imparcialidad política.