En lo que concierne al minucioso análisis del resultado de las PASO, no solamente al oficialismo pareció inquietarlo la debacle electoral, el resultado hizo mella también en el randazzismo que se sumerge por estas horas en análisis sopesados de tecnicismos para intentar entender que fue lo que les aconteció el pasado 12 de septiembre.
Los equipos de comunicación y asesoramiento en imagen del candidato cavilan buscando explicaciones en el bunker de Puerto Madero, basados en estudios de focus group que convinieron de común acuerdo con el candidato desenvolver para conocer al detalle la opinión de los ciudadanos.
En esos trabajos, lo primero que emerge es que el rechazo al gobierno nacional, caratulado de peronista, también se llevó puesto al armado del Flaco. “No supimos transmitirle a la población que nosotros, si bien somos peronistas, no teníamos que ver nada con el kirchnerismo”, soltó apesadumbrado ante nuestra consulta un analista que acompaña a Randazzo.
Razonan que se planteó un escenario atípico donde fue tan difícil mensurar lo que la gente iba a expresar en las urnas que la ligazón lejana de Randazzo con Cristina Kirchner por haber sido su ministro de Transporte e Interior y la constante mención del candidato sobre su tarea en aquel gobierno, con los documentos y los ferrocarriles como ejes centrales de su gestión, terminó de asociarlo lateralmente al kirchnerismo.
La calificación que ensayan en Madero para definir este momento de la campaña política que vuelve a desplegar sus alas, es la de un candidato desconfigurado.
En rigor, no atinan con el mensaje que deben transmitirle al electorado hoy, los interrogantes que desvelan a sus estrategas pasan hoy por tratar de desperonizar a Randazzo y ubicarlo en la coyuntura como una superación a los dos bandos mayoritarios.
Sospechan que muchos votos que en sus estudios previos parecían destinados al flaco terminaron yendo para Manes que se pareció a un outsider con un discurso anti política y disruptivo: “Manes nos robó la bandera del salto de la grieta, porque él hizo campaña cuestionando al PRO y al kirchnerismo desde un papel más alejado de las estructuras tradicionales pese a que representaba la radicalismo”, se lamenta otro de los asesores randazzistas.
Las principales apuestas del Frente Con Vos fueron fallidas, ya que si bien no despertaban muchas expectativas en sacar resultados interesantes en la Primera y Segunda sección, sí tenían objetivos mejores para la Octava donde presentaban tres listas internas y en la Sexta donde el nivel de conocimiento de Randazzo era de más del 95 por ciento.
La conclusión de sus estrategas es que en La Plata y en la extensa región del sudeste bonaerense se los comió la polarización, inclusive quedaron detrás de Espert, mientras que en la Séptima el revés fue más significativo, ya que no llegaron al 4% en Olavarría donde guardaban buenas expectativas en relación con algunos gremios locales que se colgaron de la boleta del Flaco.
Sin embargo, la gran decepción del randazzimo se desenvolvió en tres secciones donde alimentaba importante expectativas que fueron desfiguradas por los hechos: en la Tercera sección electoral y con aparato de Graciela Camaño pensaban arañar los 10 puntos para quedar a tiro de meter una banca en la Cámara Baja provincial para el ahijado político de la diputada nacional, el bezarateguense Nicolás Terrara.
La izquierda logró convertirse en la tercera fuerza en una sección donde prima la estructura del peronismo tradicionalmente por albergar en su seno a los distritos más populosos: “El Frente de Izquierda canalizó el descontento a los dos sectores que componen la grieta, nos pasó lo mismo que en el resto de la provincia, nos asociaron de alguna manera al gobierno nacional”, justifica un operador randazzista.
El Frente Con Vos obtuvo una magra cosecha en esta sección, quedó por debajo del 5% por ciento y muy lejos del piso que se requiere para acceder a una banca en la Legislatura bonaerense.
Profunda desazón por la labor en la Cuarta y Quinta sección
En la región donde se enclava el pago chico del candidato, la desorientación fue mayúscula ya que descansaban las mejores especulaciones en el armado que la ex camporista, Rocío Giaccone, prometía desplegar en Junín donde finalmente lograron alcanzar el pingue 5,14, inclusive por debajo del promedio seccional que fue del 6,4, lejanísimo del piso del 14 por ciento que le posibilite acceder a una banca de senador al delfín de Randazzo, Ariel Franetovich.
En Chivilcoy fue donde el frente randazzista realizó la elección más decorosa llegando al 30% de los votos.
El otro lugar primordial donde se aguardaban buenos augurios era en la Quinta sección donde Randazzo celebró una alianza con Gustavo Pulti, un ex intendente vecinalista de Mar del Plata con fuerte ligazón con el peronismo durante la primera parte de la década del 10 y que lo sustentaba, según creyeron desde el entorno del Flaco, un buen caudal de votos producto del aparente buen recuerdo de su gestión en la ciudad Feliz.
La decepción fue mayúscula ya que solo llegaron al mísero 3,5% en la región, lo cual pone sobre la mesa una reconfiguración de las alianzas para lo que se viene con la mirada puesta más que en las generales de noviembre, donde no se alimentan expectativas diferentes al resultado de las PASO, en la quimera que hoy representa para Randazzo reverdecer una actitud protagónica con miras al 2023.
Espert busca un reacomodamiento para pelear a la izquierda el tercer puesto
Con un estado de ánimo mas altivo que el que impera en el comando randazzista, los seguidores de Espert vislumbran la posibilidad de poder quedarse con un importante caudal de votos de aquellos pequeños partidos que no pudieron acceder al piso en las PASO y que representan, además de un nada despreciable manojo de puntos, un pensamiento de centroderecha imperante.
En las filas del economista lamentaron que el espacio de Cynthia Hotton haya logrado finalmente traspasar el piso del 1,5 por ciento: tenían la secreta aspiración de traslación de esos sufragios en forma casi íntegra para el frente Avanza Libertad.
La estrategia que elaboran desde el bunker para el último trecho hacia las generales consiste en profundizar el concepto de autoritarismo del gobierno nacional y provincial pero poner el acento acabadamente en el peronismo de Diego Santilli para tratar de que no pueda lograr el traspaso del 100% de los votos que eligieron a su contendiente en la interna de Juntos, con la intención de apropiarse de algunos puntos para su terruño.
Este intento de asociar a Santilli al justicialismo no es antojadizo, sino que las mismas consideraciones que le explicitan los consultores a Randazzo también se lo repiten a Espert: hay un marcado sentido de repudio al peronismo en todas sus variantes en esta coyuntura electoral.
Apalancarán sobre la eventual solidez económica del líder del espacio sembrando un paralelismo entre el manejo de la economía del actual gobierno y la desacertada gestión de Mauricio Macri cuando le tocó regir los destinos del país: “Nosotros detentamos un concepto económico consistente, que no varía un ápice y que ha atravesado la crítica de todas las gestiones, ya sea de Cambiemos como del Frente de Todos”, sostiene envalentonado un dirigente cercano al espacio.