Honda repercusión causó en círculos políticos y legislativos la denuncia mediática que efectuó en las últimas horas Gisela Montini contra la senadora cambiemista Lorena Petrovich por haberla despedido en abril de este año, sin aparente justa causa, cuando cobraba un salario devenido de un contrato que es parte de los módulos que cada legislador puede disponer para el pago de sus asesores y empleados.
La particularidad es que Gisela nunca concurrió a prestar servicio a la oficina de Petrovich ubicada en el edificio anexo del Senado provincial en 7 y 49, sino que solamente desempeñaba tareas en el domicilio de la legisladora en lo concerniente a tareas domésticas y de cuidado del hijo de aquella desde los tres meses de vida.
En diálogo con PDS, Montini nos explicó que solamente se acercó a la dependencia de personal del Senado cuando firmó su contrato y posteriormente se realizó los análisis pre laborales a los que está sometido cualquier agente que reporte en la Cámara Alta: “Fui al Senado a firmar contrato y después a hacerme los estudios médicos para el alta laboral”, afirmó.
La chica comenzó sus tareas en septiembre de 2017 cobrando un salario rayano a los 77 mil pesos, pero solamente prestaba servicios en la casa de la legisladora: “Primero iba hasta Quilmes todos los días y después Petrovich se mudó a un country en Hudson que me quedaba más cerca, pero viajaba todos los días, tenía horario de entrada pero no de salida”, advirtió.
También nos explicó las exigentes tareas que le encomendaba la senadora provincial: “No solamente cuidaba al nene sino que también me encargaba de la limpieza de la casa, del cuidado de la madre y también de cocinar”.
“Te puedo asegurar que quedaba extenuada, teniendo en cuenta que una casa de un country no es para nada pequeña”, confesó.
Igualmente rescató su vínculo con el pequeño hijo de la senadora: “Lo cuidé desde los tres meses y siento un enorme cariño por él”.
Posteriormente hizo referencia a las causas que contribuyeron a resquebrajamiento de la relación con Petrovich que desembocaron en su despido: “Cuando comenzó el año, en enero, sentí un fuerte dolor en la columna lo que me llevó a realizar una consulta con el médico, que tras hacer los estudios correspondientes detectó que tenía una hernia de disco”.
Gisela explicó que ante esta dolencia le pidió a la legisladora quilmeña que le redujera la carga de los trabajos que llevaba a cabo hasta ese momento para evitar un agudizamiento de la enfermedad.
A partir de esa situación es que el trato de Petrovich para con su empleada comenzó a ser cada vez más distante, excusándose reiteradamente ante Montini cuando ésta quería exponerle su desosiego ante la continuidad de tareas de excesiva fuerza: “Cuando quería hablarle para decirle lo mal que me sentía por mi hernia ella nunca tenía tiempo para hablar”.
Hasta que en el mes de abril llegó el desenlace de la relación laboral, momento en que Petrovich la llamó para informarle que cesaba en sus servicios y que concurriera más a su casa porque había dado el contrato de baja.
Respecto a la consulta de PDS sobre si cobraba el total del contrato, Montini contestó que sí, debido a que tenía en su poder una tarjeta de débito por lo que solamente ella tenía acceso a la cuenta.
La ex empleada reflejó su angustia en el transcurso de la charla con este portal debido a su angustiante situación actual: “No consigo trabajo y tengo un hijo que mantener, le enviamos una carta documento a Petrovich para que me dé una indemnización por el daño causado y no hemos obtenido respuesta aún”.
Efectivamente, en el mes de mayo del presente año Montini envió una carta documento a Petrovich exigiéndole un resarcimiento y adjudicando las dolencias que sufría a las tareas de esfuerzo que realizaba en la casa de la senadora provincial.
“Me dio la sensación que cuando ya no le servía y era como un estorbo me despidió, yo a eso lo tomé como una abandono, un maltrato hacia mí, un desprecio personal”, explicó acongojada.
También nos comentó que la legisladora estaba al corriente de que ante tal incumplimiento concurriría a los medios: “Fue la última alternativa que tenia agotamos todas las instancias en la justicia, y fue así que le advertí que iba a ir a los medios”.
Posteriormente, Montini nos manifestó su expectativa de que la senadora pueda comunicarse con ella para darle algún tipo de satisfacción a sus requerimientos: “Espero que reflexione y aunque sea se comunique con mi abogado, yo estoy muy mal por eso, no me gusta esta exposición, pero no me quedó otra, fue muy injusto lo que hizo conmigo después de cuatro años de trabajar con ella”.
Del lado de la legisladora del PRO por ahora se han manejado con el silencio, según pudo saber PDS de fuentes allegadas, prefiere por el momento no realizar declaraciones públicas.
Tampoco nos pudieron confirmar si está en su intención llegar a un acuerdo judicial con Montini para evitar una escalada mediática de la situación.
De hecho hoy se celebró una reunión de la Comisión de Libertad de Expresión en el Senado de la cual la senadora es vicepresidenta, y fue estentórea su ausencia cuando por lo general siempre participa de los encuentros de los cuerpos deliberativos.
Lorena Petrovich tenía como intención cumplir los dos años de mandato que le quedan en el Senado y apuntar todos los cañones para pelear por la intendencia de Quilmes en el 2023.
Ante este escenario se hace muy difícil pronosticar cuál será el próximo paso político de la legisladora que responde políticamente al intendente de Lanús, Néstor Grindetti.
Sectores ligados al alcalde se desligaron de la situación y solo se limitaron a contestar ante la insistencia de PDS que la legisladora es la que debe explicar la anomalía suscitada.
ESCÁNDALO
OMAR LÓPEZ | JUNTOS
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