Alertan que la reglamentación de la ley de teletrabajo “suavizó” sus límites

Con la llegada de la pandemia, y la imposición del aislamiento social, el teletrabajo se volvió una alternativa para mantener la actividad de muchos sectores, y dejó al descubierto la falta de normativa en el país parta esta modalidad, que se usa desde hace tiempo en casi todo el mundo. Ante esto, el gobierno impulsó una ley que regule el trabajo en el hogar, que se aprobó con apoyo amplio a mediados de año. Recién la semana pasada el poder Ejecutivo reglamentó la iniciativa, que ahora entra formalmente en vigencia. Este paso fue mirado con dudas, ya que se produjeron algunos cambios que alteran el alcance de la ley. Incluso, un informe asegura que la reglamentación “suavizó” los límites que impone la normativa, por lo cual expresan sus reservas respecto a su utilidad.

Un análisis realizado por el Observatorio del Derecho Social, entidad de la CTA Autónoma, expresa dudas sobre el alcance de la reglamentación de la ley de teletrabajo, que si bien se aclara que “clarifica algunos puntos y avanza sobre otros”, la “letra chica” de la norma recoge “los reclamos que habían planteado los representantes de los empleadores”. “Si la ley ya era bastante laxa en cuanto a las posibilidades que brindaba para que los empleadores utilizaran esta modalidad, la reglamentación avanza un paso más y pone en riesgo el ejercicio en la práctica de algunos de los derechos que ella había reconocido”, alertó el trabajo de la entidad, al que tuvo acceso Política del Sur.

“En términos generales la reglamentación de la ley refuerza la idea de que la imposición de avances de los empleadores sobre los trabajadores dependerá en gran medida de la resistencia que puedan imponer estos últimos en los lugares de trabajo”, afirmó el análisis del observatorio. En efecto, se agregó, “muchos de los límites que pone la ley son suavizados en la reglamentación, planteando que ellos pueden ser relativizados cuando existan circunstancias ‘excepcionales’, ‘objetivas’, ‘esporádicas’, etc., que lo justifiquen”. El caso del derecho a la desconexión es parte de estas objeciones que hace el informe, ya que se establece que se puede vulnerar con este tipo de circunstancias.

Otra de las cuestiones que el observatorio cuestiona está vinculada a las tareas de cuidado, que la reglamentación de la ley de teletrabajo “también intenta avanzar”. Sin embargo, “en este caso tampoco supera la generalidad que ya estaba prevista en el texto de la ley, por lo que la efectividad concreta para que este derecho pueda ser ejercido en la práctica dependerá en gran medida de lo que se negocie en los convenios colectivos de trabajo”. En cuanto a la reversibilidad, que consiste en la idea de que se revierta el teletrabajo, la reglamentación en su artículo 8 “virtualmente plantea un nuevo sistema, en el que el ejercicio del derecho a la reversibilidad será mucho más dificultoso para los trabajadores”. Para lograr esto, el trabajador debe invocar “una motivación razonable y sobreviniente para volver a realizar tareas presenciales, requisito que no está presente en el texto de la ley”.

Con 214 votos a favor, 1 en contra y 29 abstenciones, la Cámara de Diputados de la Nación aprobó por amplia mayoría la ley de teletrabajo. En su momento, la diputada María Rosa Martínez destacó la iniciativa ya que contempla los derechos de los trabajadores. “Lo vemos como una perspectiva para adelante. La idea es que quede como marco regulatorio y que los gremios lo puedan incorporar en los convenios de trabajo, porque lo que no está regulado la balanza se inclina para el más poderoso, es decir si se lo deja liberado a la relación entre el personal y el empleados va ser descompensado. El trabajador va a tener menos posibilidad de imponer”, sostuvo Martínez en diálogo con Política del Sur.

En el reciente Foro Social Mundial, que se realizó de forma virtual por la pandemia, dirigentes sindicales argentinos analizaron la reciente reglamentación. En uno de los foros de discusión, compuesto entre otros por ATE, el Taller de Estudios Laborales, la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas y el CEIL-CONICET. “Con el teletrabajo hay una disminución y debilitamiento del colectivo del trabajo, desaparece la solidaridad y la militancia sindical. Debemos militar el rechazo al teletrabajo y comprometernos a disputar el sentido sobre esta modalidad”, sostuvo en su presentación Rodolfo Aguiar, secretario General de ATE nacional.

Por último, el Observatorio del Derecho Social recalcó que “haciendo caso a un reclamo de los empleadores, la reglamentación dejó en claro que los elementos de trabajo que reciba el teletrabajador y las compensaciones por mayores gastos, aun sin que existan comprobantes, no serán considerados remuneratorios, por lo que no integrarán la base para el cálculo de ningún rubro indemnizatorio”.