Todos los locales porteños de la cadena de supermercados Coto amanecieron ayer con decenas de afiches en sus paredes e inmediaciones. Los carteles fueron pegados por los trabajadores y tienen frases muy contundentes sobre la lamentable realidad que les toca vivir en el marco de la pandemia.
“550 contagios, 2 fallecidos y familias enteras contagiadas” y “Basta de matar laburantes por ambición”, fueron algunas de las expresiones que eligió el colectivo Trabajadores Autoconvocados para poner nuevamente de relieve las denuncias contra la empresa por el brote de contagios de Covid-19 y la violación permanente de los protocolos sanitarios más básicos.
“Siguen tapando casos y estamos llegando a los 700 positivos”, resaltaron los empleados, que la semana pasada llevaron sus denuncias a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y advirtieron que en las próximas horas intensificarán sus reclamos.
El último viernes también se conoció el caso de un trabajador de la sucursal de Ciudadela que fue despedido tras ausentarse unos días preventivamente, ya que había tenido contacto estrecho con un compañero enfermo de coronavirus. El jefe de Operaciones del local y personal de seguridad, Luis Fernández, lo echó de la sucursal a los golpes.
Ninguno de estos casos se trata de hechos aislados. También hemos cubierto en otras oportunidades violaciones a los derechos humanos y laborales, amenazas por parte de las patronales, violencia verbal y física, además del aumento exorbitante de contagios entre los trabajadores del último eslabón de la empresa.
Sin embargo, las cosas siguen igual que siempre, con los locales abiertos, los trabajadores expuestos a los peores tratos y sin una correcta aplicación de los protocolos de salud.