En julio del año pasado, Adrian Albanese fue asesinado a mansalva cuando tres delincuentes entraron a robar en su local ubicado en Banfield. Casi un después, imputado por el delito de “robo agravado por el empleo de arma de fuego en concurso real con homicidio agravado criminis causa y tenencia de estupefacientes para comercialización”, se fugo del Centro de Recepción, Evaluación y Ubicación (CREU) de Menores de Lomas de Zamora donde se encontraba cumpliendo prisión preventiva.
“Tenemos mucha impotencia. Me enteró por ustedes y después tuve la información de mi otro hermano, y se me vino todo el mundo abajo. Estoy con la sensación del mismo día que mataron a mi hermano. Hoy el día está igual que el primer día. Volvieron a arruinarnos dos veces”, lamentó Martín hermano de la víctima, quien además de la indignación manifestó sus inquietudes respecto de los modos en que se fugo.
“Sería medio raro que se fugue. No me dijeron nada”, criticó al sostener que “la Justicia argentina deja mucho que desear”.
Y agregó: “Tanto tiempo para poder encontrarlos, los detienen y otra vez volvemos a cero teniéndonos prófugo”.