Luego de presentar un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC), la empresa norteamericana Kimberly-Clark anunció el cierre de su planta ubicada en la localidad de Bernal, en el sur del Conurbano bonaerense. Desde hacía una semana, sus casi 200 empleados permanecían de manera pacífica en el lugar, a la espera de definiciones. Pese a los pedidos de respuestas, esos puestos de trabajo podrían perderse, como unos 155 mil que se destruyeron cada año desde que Mauricio Macri es presidente.
Este panorama revela un dato escalofriante: en la era M, se perdió un trabajo en blanco cada 90 segundos. Esto empujó al índice de inflación al número más alto desde la crisis del 2001, y además, dejó a muchos de los argentinos en la pobreza. Pese a los datos, el oficialismo hace campaña con la promesa de recuperar el empleo, anunciando beneficios a las pymes.
El trabajo de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) no deja dudas respecto de lo dramático de la desocupación durante la presidencia de Macri. Según el Observatorio de Políticas Públicas de la casa de estudios, se perdieron “155 mil empleos registrados por año, lo que supone un trabajo menos cada un minuto y medio”.
“Estos números de desempleo significan, además que entre junio de 2018 y junio de 2019, se perdieron 40 trabajos por hora, 478 cada día, y 14.347 por mes”, agrega el trabajo, al que tuvo acceso Política del Sur.
“La desocupación alcanzó los dos dígitos en el segundo semestre del 2019 trepando al 10,6 por ciento. Creció 4,7 puntos porcentuales en relación a 2015 y un punto en relación a 2018. Se estima que hay 2,2 millones de desocupados en la Argentina”, detalla el documento.
El informe elaborado por el equipo de economistas de Economía UNDAV permite observar que “sólo en el segmento privado de la economía se perdieron 148.000 puestos de trabajo entre junio de 2018 y junio de 2019”.
Al respecto, el informe subraya que “el empleo privado lleva perdidos 228.159 puestos en junio con respecto a un año y medio atrás y 198 mil si se lo compara contra 2015”.
En base a datos del Ministerio de Producción y Trabajo, el informe de la UNDAV indica que en este 2019, la tasa de entrada al empleo registrado es la más baja desde el año 2002.
“La ocupación demandante subió 2,6 pp y está en su nivel más alto desde el segundo trimestre de 2016, es decir que los ocupados necesitan mayor cantidad de horas de trabajo para poder alcanzar los ingresos salariales necesarios”, amplía el análisis universitario.
En este sentido, el documento de la UNDAV apunta que, desde fines de 2015 hasta la actualidad, se perdieron 145.820 empleos solamente en la industria manufacturera. “Desde noviembre de 2015, fueron 151 mil los empleos perdidos en las ramas industriales y 86 mil tan sólo en el último año y medio”, concluye.
En los últimos meses, casos como los de Kimberly-Clark se multiplicaron en todo el país, con los datos que marca la UNDAV. Cuando las empresas cierran, comienza el período de intentar dar marcha atrás con la crisis, y en muchos casos aparece la posibilidad de recuperar la producción, como sucede en Ansabo, en la localidad de Quilmes.
La papelera está tomada en estos días por sus empleados, luego de que la Justicia confirmara la quiebra pedida por la AFIP, por la deuda que mantenía con el organismo. Desde que a fines de julio de 2019 cerró sus puertas, los empleados mantienen la permanencia en el lugar y reclaman una solución que permita mantener las casi 50 fuentes laborales.
Pero en este tiempo, más allá de la solidaridad de otros grupos de despedidos o trabajadores en conflicto de la zona, no lograron mayores avances. “Estamos muy solos”, admitió Hugo Rojas, uno de los empleados de la papelera, que tiene alrededor de 60 años de trayectoria pero que no pudo soportar la crisis actual.
Desde que se lanzaron a intentar recuperar la empresa, los empleados vienen pidiendo que tanto el gobierno provincial como el municipal, a cargo del cocinero Martiniano Molina, se involucren en la cuestión.
“Hay que esperar, vienen diciendo una cosa y después salen con otra, nosotros estamos esperando. Es complicada la situación”, agregó Rojas en diálogo con Política del Sur. Ubicada en el barrio de Villa La Florida, en Quilmes, Ansabo tenía unos 60 años de años de trabajo, y al momento de cerrar, adeudaba el último sueldo, el aguinaldo y la indemnización por el despido de quienes decidieron irse al momento del cierre. Con la quiebra legal, la asamblea tomó la decisión de intentar recuperar la planta.