Preocupante fue el rendimiento del equipo granate en el encuentro del último viernes ante Echagüe. No sólo porque no aprovechó la caída de Ramos y la derrota lo deja segundo en la División Metropolitana, ni tampoco por la amplitud del marcador, sino por el mal rendimiento de todo el equipo.
El primer cuarto iba a ser un anuncio del rendimiento que iba a mostrar el Granate durante todo el partido. La imprecisión primaba a pesar de sus transiciones rápidas y no lograba conectar en ataque. Además, la visita ganaba los rebotes y se mantenía en partido.
A pesar de eso, el Granate se iba 18-16 arriba en el primer segmento comandado por Fernando Funes. Por el lado visitante, Quimey Acosta empezaba a demostrar un poco de lo que iba a hacer toda la noche.
El segundo corto mantuvo la misma sintonía, pero a mayores dimensiones. Lanús estuvo cuatro minutos sin convertir y Echagüe tuvo un parcial de 7-0. La visita se hacía fuerte en defensa y no dejaba libre a Chaine, quien volvía de una lesión.
Sin embargo, la segunda mitad del segundo cuarto iba a ser toda de color granate, en lo que quizás fue el mejor momento del conjunto de Vallet. De la mano de Funes, quien metió seis puntos consecutivos y un triplazo de Lucero, el local se iba 33-28 al descanso.
El inicio del complemento iba a marcar la dinámica hasta el final del partido. Si bien el comienzo del tercer cuarto fue errático, el visitante tuvo un buen pasaje con un triple de Cisterna y uno de Anderson, que lograron ponerse 44-42 arriba. A partir de ahí fue un palo y palo beneficioso para Echagüe.
La visita llegaba con triples y Lanús complementaba con Chaine. De esa manera, Echagüe iba extendiendo la ventaja, sumando de a tres. Tan así que un triplazo de Cisterna puso el moño para cerrar el tercer cuarto con ventaja de diez puntos.
Para colmo de males, en los últimos diez minutos iban a entrar todas las de los amarillos. El arranque fue positivo con tres de Jerez Pilloti y dos de Franchino en la línea, para reducir la ventaja a seis. Las pérdidas empezaron a afectar y la visita estiró la ventaja.
Cuando Ibáñez Paz volvió a reducir la ventaja a diez con un buen triple, respondieron Peralta y Acosta de la misma manera y llevaron la ventaja a 16. Los últimos cinco minutos fueron una lluvia de triples que dejaron el marcado 86-66.
En fin, en algún momento se iba a terminar la racha de once victorias al hilo. Lo que preocupa es el flojo rendimiento del equipo. Para peor, no pudo aprovechar la derrota de Ramos y continúa segundo en la División Metropolitana.
El próximo encuentro de los dirigidos por Ezequiel Vallet será el próximo viernes cuando visite a River Plate.