Las elecciones en el Partido Justicialista de Lanús dejaron olor a poco. El triunfo del senador provincial y ex intendente Darío Díaz Pérez pudo haber sorprendido a algunos, pero la mayor sorpresa fue el número con el que ganó y la cantidad final de afiliados que participaron de la contienda. En total votaron poco más de 3 mil justicialistas, menos del 10 por ciento del padrón. En alguna que otra facultad del Conurbano, el número de participación a una elección de autoridades de centro de estudiantes es superior. Un bochorno para un partido que supo ser uno de los bastiones del peronismo, no sólo de la provincia de Buenos Aires, sino también del país.
El ex jefe comunal ganó por apenas 1077 votos, contra 982 de la lista de uno de sus ex laderos, Roberto "Toti" Crovella. Los otros dos candidatos (Miguel Pedhlez y Sebastián Beroldo), a duras penas superaron el millar de sufragios sumadas las dos boletas. Sin dudas, la sumatoria resulta exigua, teniendo en cuenta que el padrón llegaba a casi los 40 mil afiliados en este distrito.
Especulaciones al margen, Díaz Pérez se puede llamar victorioso, aunque muchas dudas quedan de que encarne la conducción del peronismo de Lanús. Desde la oposición ya advirtieron que juntos son más. Son el doble. El problema es que la oposición jamás pudo amalgamar una estrategia en contra del ex intendente. Hoy el peronismo, más allá del llamado a la unidad lanzado por el ex intendente a través de su cuenta de Twitter, se encuentra más atomizado.
En el medio de toda esta maraña surge un nombre, tal vez el que mejor haya quedado parado luego de este año electoral en el peronismo de Lanús: Edgardo Depetri. El ex diputado "K", ahora devenido en concejal, optó por quedar al margen de la contienda. Prefirió mantener su perfil de equilibrista y no desgastarse en una interna sin sentido. El buen papel obtenido en las recientes elecciones, más la casi segura unidad de los bloques peronistas en el Concejo, son sus principales cartas.
De todas formas, nada quita que desde el PJ tarde o temprano le pasen factura por su supuesta "autoexclusión". Lo de “supuesta” es porque algunos le endilgan un apoyo a la lista de Crovella y un pase de factura por ciertos números que no cierran en alguna que otra escuela que habría asumido fiscalizar en nombre del ex titular del Consejo Escolar de Lanús.
Un duro camino cuesta arriba le queda al peronismo de Lanús en la búsqueda de recuperar la gloria que un tal Manuel Quindimil le diera por varios lustros. Encerrados en su propias falencias y diferencias, hoy sus dirigentes se enfrascan en una pelea sin fin. En frente, Néstor Grindetti, un intendente que supo y pudo revalidar sus primeros dos años de gestión en octubre pasado y que, según cuentan los que están en la trastienda de la política local, el número final de la interna justicialista le disparó una más que amplia sonrisa.