La tensión social en el Conurbano bonaerense es una bomba de tiempo. Por la cuarentena, muchas familias se vieron afectadas económicamente, y más allá de la necesidad de cuidar la salud de todos, se hace menester la impronta del Estado en términos productivos y de asistencia social.
Sobre dicha situación, Política del Sur habló con el concejal oficialista y dirigente de la CTEP lomense, Álvaro Llambi. “Tenemos una preocupación que tiene que ver con la asistencia a todas esas familias que trabajan en informalidad laboral o que están en la economía popular. Creemos que tiene que haber una asistencia alimentaria lógica que tenga que ver con la cuarentena”, insistió.
Para Llambi, “vamos a una cuarentena muy fuerte” y después de este proceso, “se va a ir liberando de a poco”. Dicha dinámica “va a implicar situaciones complejas”, dijo, y advirtió que “esto va para largo, tal vez hasta septiembre, hasta que termine el invierno”.
A su entender, las medidas necesarias giran en tres ejes: “Uno es la prohibición de los despidos. Es preocupante y tenemos que repudiar lo que está pasando en Techint”, aseveró.
“Otra medida tiene que ver con planificar el barrio con una lógica de cuarentena para poder generar obras en el mismo, de baja escala pero que mejore la calidad de vida de las personas y propicie ingresos. El Gobierno también tiene que generar obras para que los trabajadores tengan ingresos y puedan hacer la cuarentena en el barrio a la vez de mejorar la calidad del mismo”, remarcó
Asimismo, insistió sobre la ayuda alimentaria como tercer punto. “Tenemos una red de merenderos en el Conurbano bonaerense, y en Lomas de Zamora también nos vemos sobrepasados de la situación porque ya no sólo vienen aquellas familias que venían al merendero o comedor, sino que se están agregando otros sectores”, detalló.
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