Con la extensión del aislamiento obligatorio, el gobierno nacional busca frenar los contagios de coronavirus, tratando de evitar que el pico de casos colapse el sistema de salud. Los esfuerzos están casi exclusivamente destinados a contener la enfermedad, que en el país tiene más de 800 casos confirmados, y 23 muertes. Las medidas restrictivas tienen además un duro efecto en la economía, y a 10 días de impuesta la cuarentena se comenzaron a conocer casos de despidos y suspensiones. Para los gremios, una de las preocupaciones principales es evitar la destrucción de puestos laborales, y alertan sobre el peligro de que esta tendencia se extienda. Gastronómicos, la construcción y la industria, los focos más alarmantes en la materia.

El cierre de comercios y locales que no son esenciales está generando un efecto adverso en la economía. Si bien el presidente Alberto Fernández dijo que la discusión salud versus economía “es falsa”, las empresas alertan sobre los problemas para pagar salarios, sobre todo si la cuarentena se extiende dos semanas más.  El sector gastronómico es uno de los más preocupados en la materia. El gremio del sector destaca que si bien hay restaurantes que tienen permiso para trabajar sólo a través de sus deliverys, hay otros que se encuentran completamente cerrados.

“En el gremio gastronómico, 500 mil puestos de trabajo, directa o indirectamente, se ven afectados por la cuarentena. Nuestros trabajadores están en la primera línea de batalla, atendiendo en hospitales, sanatorios, en hoteles en cuarentena. Nosotros también solicitamos a las autoridades la misma consideración que a los trabajadores de la salud y de seguridad”, alertó mediante un comunicado la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA). Al gremio “preocupa que va a pasar con todos los establecimientos gastronómicos bares, confiterías, restaurantes, hoteles que sólo están abiertos aquellos que tienen pacientes de riesgo en cuarentena”. De ahí, sale “la incertidumbre, que va a pasar con el salario de los trabajadores”.

Por su parte, el secretario general de la Unión Obreros de la Construcción (UOCRA), Gerardo Martínez, reclamó la conformación de un “comité de crisis” basado en la defensa del empleo y la producción. La intención del sindicato de la construcción es evitar una parálisis total de la actividad privada que repercuta en la pérdida de cientos de miles de puestos de trabajo, en medio de la cuarentena obligatoria por el avance del coronavirus. “Es una preocupación estructural que deberemos encarar con un comité de crisis”, señaló Martínez sobre la iniciativa a la que consideró “fundamental”, a la vez que resaltó la “excelente” estrategia sanitarista de Alberto Fernández. Martínez expresó su preocupación por los trabajadores de Techint y confirmó una audiencia este lunes en el ministerio de Trabajo para analizar la situación de los 1.500 despidos anunciados por la empresa.

Luego de duras caídas durante el macrismo, la industria también parece sentir los efectos económicos de la pandemia. En este punto, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) teme por el futuro laboral de los trabajadores del sector. Desde la entidad que conduce Antonio Caló manifestaron que “sería tapar el sol con las manos decir que nos vemos venir algo similar para las empresas que administra Techint bajo nuestra actividad”. “Las autopartistas por su parte, ya nos anticiparon que por el parate mundial y la situación del país que ya venía en estado crítico están más que complicadas”, agregaron. En tanto, desde el sector empresarial ya adelantaron que se enfrentarán a dificultades a la hora de acreditar los próximos salarios y le reclamaron al gobierno medidas de alivio. El sector metalúrgico ha sufrido grandes pérdidas durante los últimos años. Desde 2015 a la fecha se perdieron alrededor de 180 mil puestos de trabajo (el 30 por ciento de ellos fue en 2019).