martes 16 de abril de 2024 - Edición Nº1959

Provincia | 30 mar 2020

CORONAVIRUS

Gestión Kicillof: ¿Qué cosas cambiaron con la pandemia?

La llegada del Covid-19 al país, y en especial al territorio bonaerense, ha establecido un nuevo marco de necesidades. A las obligaciones de deuda externa, el pago de los estatales y el resguardo de las economías regionales se le sumó la garantía de atender a las demandas alimenticias de la población más vulnerable, como así también evitar cualquier tipo de tensión social. La crisis sanitaria cambió los ejes y la búsqueda del menor impacto posible en la matriz social productiva son un objetivo clave en la gestión Kicillof.  


El gobierno de la provincia de Buenos Aires ha tenido que cambiar las prioridades. Cuando la cuestión económica -y particularmente las obligaciones de deuda- parecían colmar toda la atención del gobernador Axel Kicillof, el coronavirus llegó al país para establecer nuevos ejes de agenda. Al igual que en Nación, “se privilegió la salud por sobre la economía”.

De todas formas, más allá de ser leal a la máxima del presidente Alberto Fernández, varias preguntas vienen a pique ¿Qué efectos tiene la administración de la pandemia en la gestión? ¿Hasta cuándo puede aguantar la provincia en estado de cuarentena?

Los esfuerzos centralizados en abastecerse frente a las obligaciones de deuda fueron superados por la crisis sanitaria desatada por el virus del Covid-19. Lejos quedó la discusión con los acreedores de los bonos soberanos, y más allá de la responsabilidad tendiente a cumplir con las obligaciones financieras, hoy la urgencia es otra: atender la crisis sanitaria.

En este contexto, la coyuntura hizo que cada área de Gobierno se viera afectada por la pandemia que causa estragos en Europa y Estados Unidos.

En primer lugar, está Gobierno. Resulta menester tener una muñeca política a la altura de las circunstancias. La capacidad de rosca y negociación, como así también de escuchar a todos los jefes comunales al tiempo de bajarle los lineamientos y esquema de las medidas establecidas para contener la propagación del coronavirus es tarea de la ministra Teresa García.

La preocupación de los intendentes es ¿hasta cuándo seguirá el estado de aislamiento social, preventivo y obligatorio? Los jefes comunales están preocupados por los efectos que el aislamiento tendrá en la economía real, puntualmente en aquellos sectores que viven el día a día.

Asimismo, ¿qué impacto tendrá en los comercios y los sectores productivos?, dado que no pocos funcionarios ya ponen el ojo en la baja de la recaudación.

De hecho, aquellos que piden no alargar la cuarentena en demasía, es decir, por encima de la segunda quincena de abril, hablan de lo que podría pasar en el Conurbano ante un brote social de los sectores más postergados en un territorio que concentra la mayor cantidad de pobres del país. Algo de lo que el propio gobernador Kicillof es consciente.

“El 60 por ciento de las personas en situación de pobreza viven en la provincia. Aplicamos medidas de ingreso y de distribución alimentaria. Cuando suspendimos las clases, dejamos abiertas las escuelas para que los chicos puedan ir a buscar su alimento”, recalcó el mandatario provincial.

Y son justamente las áreas de Desarrollo de la Comunidad y la Dirección General de Cultura y Educación las que demuestran la espalda y la responsabilidad de disipar cualquier tensión y satisfacer las potenciales demandas de alimentos.

Tales políticas conllevan un espectro que va desde la asistencia a la niñez hasta el estado de situación de las cooperativas, como también lo referido al Servicio Alimentario Escolar (SAE), que se distribuye de manera descentralizada en 26 distritos de la provincia de Buenos Aires.

La impronta en materia de políticas de contención social es determinante en el gobierno de Axel Kicillof. “Estamos construyendo el barco mientras navegamos”, señaló, y agregó que “hay medidas que se han tomado de manera oportuna en el tiempo adecuado, como establecer la cuarentena. Eso nos permite ganar tiempo y podemos trabajar en expandir el sistema de salud”.

La cuestión relativa a impedir que el sistema sanitario colapse es otra de las cuestiones que están en la mira del Ejecutivo y también en las intendencias. De hecho, muchos jefes comunales, desde Fernando Gray hasta Néstor Grindetti, se han abastecido de camas para hacer frente a la situación cuando el pico de la pandemia esté en lo más alto. El intendente Martín Insaurralde también está en la línea de aumentar la capacidad de sistema de salud, en especial, con la construcción del Hospital Sanitario Modular en el UPA de Fiorito.

“En el marco de esta situación, estoy conforme con la respuesta de toda la dirigencia política, también de la oposición, ocupándose de lo que hay que hacer. Una de las enseñanzas que nos da la experiencia internacional es que sin coordinación es muy difícil enfrentar la pandemia, eso es un dato positivo porque estamos trabajando coordinadamente para que cuando llegue con más fuerza nos encuentre lo mejor parados posible”, subrayó el Gobernador el domingo a la mañana.

Lo cierto es que los analistas y fuentes del Ejecutivo bonaerense concuerdan en cuarenta días de aislamiento social obligatorio es la cantidad de tiempo en la que Provincia puede mantenerse en condiciones controladas en materia económica. Superado ese lapso, el sector comercial, el de la producción y el de trabajadores informales difícilmente puedan recuperarse en el mediano plazo.

La palabra de Kicillof tiende a garantizar el resguardo de cada sector. “Se están buscado soluciones con un Estado presente que cuida y protege, que está con los que más lo necesitan, en circunstancias absolutamente extraordinarias”, enfatizó.

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