Al malestar general dentro de las cárceles argentinas debido a la superpoblación carcelaria y las condiciones de hacinamiento en las que cumplen condena miles de reclusos hace años, se sumó la tensión generada en las últimas semanas por el miedo a la propagación del Coronavirus dentro de los pabellones.  

Los presos, que dejaron de recibir alimentos por parte de sus familiares ante la cuarentena obligatoria dispuesta por el presidente Alberto Fernández, reclaman excarcelaciones y denuncian que no reciben los elementos básicos de higiene para prevenir el contagio masivo. Esto desencadenó en hechos dramáticos, como los motines que se registraron en diferentes penales del país, que terminó con el saldo de cinco reclusos muertos en Santa Fe. 

La problemática no es ajena al ámbito carcelario bonaerense, donde la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) advierte hace tiempo sobre el “colapso” del sistema. Ahora, con “el grave riesgo” latente de contagio del Covid 19 dentro de las unidades, la directora general del organismo de derechos humanos, Sandra Raggio, alertó que “si llega a penetrar el virus en el sistema penitenciario, el impacto sería fuertísimo”, y admitió que “hay una preocupación muy grande”. 

En diálogo con Política del Sur, la referente de la CPM señaló que “es imposible garantizar el distanciamiento social preventivo en un lugar de reclusión donde se padece de hacinamiento”. Además, afirmó que las condiciones de higiene en general y el déficit de la atención de la salud del sistema carcelario por falta de medicamentos “hacen más vulnerable a un contexto atravesado por muchas personas con graves problemas de salud”. 

En ese marco, sugirió al Estado que, como medida de prevención, tome la responsabilidad de “bajar la superpoblación carcelaria concediendo la prisión domiciliaria a los presos más vulnerables”, entre ellos, enfermos de tuberculosis, VIH, enfermedades respiratorias, internos con más de 60 años y mujeres embarazadas. “Muchos de ellos cumplen los últimos meses de su condena o están detenidos por delitos menores”, agregó. 

También, pidió que se les permita el uso de celulares a los internos. “Esa medida aplacaría el malestar por el hecho de que no pueden ver a sus familias”, añadió. 

Falta de insumos 

En las últimas horas, ante los graves enfrentamientos que dejaron como saldo varios muertos y heridos en distintas cárceles, desde el Gobierno dieron marcha atrás con la medida de prohibir el ingreso de alimentos de parte de familiares de reclusos y permitieron su circulación pese a la cuarentena. Sin embargo, continúa la ausencia de insumos de limpieza.  

Consultada sobre ello, Raggio coincidió en que “está bien que no haya visitas porque la circulación de gente dentro de los penales aumenta el riesgo de contagio”, aunque aclaró que “en gran medida, son los familiares los que proveen de insumos básicos como alimentos a los detenidos”. 

En ese sentido, denunció que muchos de los insumos aportados por el Ministerio de Justicia “no están llegando a las cárceles”. “Sabemos del esfuerzo del Ministerio de Justicia que compró muchos insumos, pero estamos corroborando que no llegan”, indicó. 

Por último, a modo de conclusión, consideró: “Todavía estamos a tiempo de prever conflictividades más altas y esperamos también que el personal penitenciario sepa actuar, porque muchas veces, con su actitud generan más conflicto”, consideró.