De entrada, Racing Club se mostró más prolijo con su juego de toque y circulación de pelota, aunque carecía de profundidad. Menos vistoso, Colón de Santa Fe le salió a jugar con los dientes apretados e impedía que los intentos en el armado ofensivo de su rival prosperaran al llegar a la zona que resguardaba Burián.
Así y todo fue el otro arquero, Javier García, quien entró en acción primero para responder ante un disparo del Pulga Rodríguez y luego para desviar otro del mediocampista Chancalay.
Con Licha López un poco aislado arriba, los de Sebastián Beccacece sólo arrimaban cierto peligro con los centros desde la derecha de Pillud y la buena pegada del paraguayo Rojas.
Sobre el final de la primera etapa empezaron a caer centros en el área de la Academia y el que más peligro llevó fue el que Olivera conectó de cabeza y que García pudo atajar. De inmediato el que se lo perdió fue el Pulga Rodríguez, quien hizo una gran jugada personal, pero definió muy arriba del travesaño.
En el complemento, Cvitanich ingresó en el equipo de Beccacece para poner más pimienta al ataque académico. Y al rato Rojas hizo una jugada bárbara, cedió para Zaracho y el juvenil la clavó en un ángulo para poner a la visita en ventaja.
Entonces en el equipo de Diego Osella cundió el nerviosismo, Racing Club buscó dormir el trámite, pero el que lo durmió fue el cabezazo del colombiano Morelo para sentenciar la igualdad y el desahogo de la parcialidad local.
Quizá la salida demasiado pronta de Licha López terminó por quitarle envión a la visita. El capitán, quien había arrancado muy solo y recién encontró compañía con el ingreso de Cvitanich, fue reemplazado apenas hizo el gol Zaracho y se fue enojado. Quedó la sensación de que Beccacece dejó pasar una chance para despegar definitivamente. De todas formas, el clásico todavía se recuerda...
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