Desde la agrupación Familias TEA Banfield notaron una "importante reducción" en el uso de pirotecnia sonora en Navidad y piden que esa disminución se mantenga para Año Nuevo.
La pirotecnia sonora afecta fuertemente a las personas con autismo, que tienen "hipersensibilidad en los oídos y oyen mucho más que el resto de las personas", explicó el acompañante terapéutico y miembro de la organización, Cristian Velasco.
Velasco afirmó que los chicos con TEA "pueden llegar a autoagredirse, salir corriendo, escaparse o convulsionar" al oír el estruendo de los cohetes.
"No sólo la pasa mal el chico, sino toda la familia. Hay padres que terminan adentro de un baño tratando de taparles los oídos, o abajo de unas mantas para disminuir el ruido. Para ellos no son unas Felices Fiestas", lamentó el profesional.
La agrupación Familias TEA Banfield observó que, afortunadamente, este año hubo una "mayor concientización" -principalmente en redes sociales- sobre el uso de pirotecnia.
"En Facebook aparecían constantemente carteles concientizando sobre la temática y todo lo que afecta. La gente empieza a entenderlo. Se está tomando conciencia no sólo por los chicos con autismo, sino por los animales y por todas las personas a las que les puede llegar a molestar, como la gente que sufre convulsiones o epilepsia", resaltó el integrante de la organización.
Para Año Nuevo, las familias renuevan su pedido de que no se use pirotecnia sonora: "Les pido que tengan empatía y se pongan en la piel de ese nene o esa madre que está tratando de contener a su hijo para que no sufra. Es tener respeto, conciencia y empatía por la persona que podés tener al lado."
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