miércoles 24 de abril de 2024 - Edición Nº1967

Gremiales | 15 nov 2019

Luego de la visita de Alberto Fernández

Comenzó la danza de nombres para la futura CGT

A una semana de la cumbre con el presidente electo, los distintos grupos comenzaron a negociar los posibles conductores para el año que viene, cuando se renueven autoridades. Daer es el candidato del oficialismo, mientras que los combativos proponen a Pablo Moyano o Sergio Palazzo. Sergio Sasia, la posibilidad de una tercera posición.


Por: Diego Lanese

Desde aquel 28 de diciembre de 2001 -cuando el entonces presidente Adolfo Rodríguez Saá estuvo junto a Rodolfo Daer y Hugo Moyano en la sede de Azopardo una calurosa mañana-, la visita de un presidente a la CGT no generaba tanta expectativa. La llegada de Alberto Fernández el viernes pasado a la central obrera estuvo cargada por los cortocircuitos previos surgidos con el sector de dirigentes más combativos -en especial con el líder camionero- y por los posibles acuerdos que pudieran salir de la cumbre.

 

Ambas cuestiones se desinflaron un poco luego del cónclave. Las diferencias entre el ala dialoguista y el ala más dura no impidieron que el encuentro se desarrolle normalmente, salvo alguna escaramuza fuera del mítico edificio, y los posibles avances en el pacto social quedaron limitados a un puñado de declaraciones llenas de buenas intenciones. Lo que sí surgió fue una rápida lista de posibles candidatos a la futura CGT, que renovará conducción en agosto del 2020.

 

Aunque los dirigentes de todos los espacios lo nieguen, la danza de nombres para conducir la CGT ya está en marcha. El primero en lanzarse fue el actual integrante del triunvirato fallido Héctor Daer, bendecido por Alberto Fernández como su preferido para ese puesto, tal como adelantó hace un tiempo en exclusiva Política del Sur.

 

Con el aval de los “gordos” y los “independientes”, Daer viene sumando apoyos en silencio, como nexo entre el peronismo y la central obrera. La buena relación con el gobernador Juan Manzur, articulador del apoyo de los mandatarios provinciales al gobierno que comienza en unos días, agrega otro respaldo de calidad en esta disputa.

 

Enfrente, los sectores más combativos no ocultan su disgusto por el apoyo de Fernández a Daer y su grupo dialoguista. El moyanismo y la Corriente Federal sienten que la dirigencia que fue “cómplice del gobierno de Mauricio Macri” buena parte de su gestión no puede conducir la central obrera. 

 

En este espacio, nucleado en el Frente Sindical para el Modelo Nacional, hay dos candidatos: Pablo Moyano y Sergio Palazzo. “La mayoría de los gremios cree que Pablo debe ser el conductor, por la resistencia que encabezó durante el macrismo. Si fuera por votación, gana él”, le dijo a Política del Sur un dirigente de ese espacio.

 

Sin embargo, la figura del bancario no desagrada. “Tiene la capacidad de conducir la CGT, además de un perfil más moderado”, añadió el dirigente.

 

Aunque no lo admitan, le juega en contra su origen radical, y por el momento corre de atrás, pero a favor puertas afuera tiene mucha mejor imagen que el hijo mayor de Moyano. Los espacios por el momento buscan sumar adhesiones, y la “guerra fría” quedó planteada la semana pasada, cuando el camionero amagó con no ir al encuentro en la CGT con Alberto Fernández.

 

Otras posturas

 

En esta “grieta sindical”, que no tiene la profundidad ni la virulencia de la grieta política, por el momento hay poco lugar para sumar una tercera postura, aunque algunos trabajan en eso.

 

El MASA (Movimiento Argentino de Acción Sindical) tiene reuniones para intentar acercar posturas con ambos espacios. También tendrá importancia la postura de los transportistas de la CATT, que acaban de sumar nueve gremios y se mostraron activos en una agenda propia. De este espacio hay dos dirigentes que podrían aspirar a ser conductores de la CGT, según marcan las versiones: su titular, Juan Carlos Schmid, y el ferroviario Sergio Sasia.

 

Schmid dejó el triunvirato (llegó para representar al sector de Hugo Moyano) en desacuerdo con la línea dialoguista de la conducción, pero algunos desacuerdos con el moyanismo lo dejaron en el medio del mapa sindical. Al agrupar su entidad y sumar apoyos, puede aspirar a pelear por una postulación.

 

A favor, dicen en Azopardo, está el “modelo Ubaldini”, es decir, un dirigente sólido de un gremio chico (Saúl Ubaldini representaba a los trabajadores cerveceros, Schmid a los de dragado y balizamiento) evita conflictos de poder en el entramado cegetista.

 

En cuanto a Sasia, ya fue postulado en su momento por el MASA, pero ahora forma con Antonio Caló el espacio Sindicatos en Marcha por la Unidad Nacional (SEMUN), que podría darle impulso a su candidatura.

 

En este entramado, será clave saber qué pasa con la CTA de los Trabajadores, y su idea de sumarse a la CGT. El moyanismo fue al encuentro con Alberto Fernández con una postura clave: se debe avalar y facilitar su llegada, aunque hay resistencia en la dirigencia.

 

Sumar la estructura antes de agosto serviría para darle volumen al Frente Sindical, y así pelear contra los grandes gremios de servicios. En un confederal, los votos por gremios se distribuyen de acuerdo a los afiliados, y ahí el apoyo de los grupos mayoritarios, en especial los “gordos”, es clave.  

 

En este juego de piezas, el titular de esta CTA, Hugo Yasky, planteó que Daer “es uno de los nombres que podría ser conductor de esa central gremial”, porque “formó parte de la mesa de acción política que integramos los sindicales en representación de los distintos sectores”.

 

Este guiño puede destrabar la entrada a Azopardo. “Nosotros tenemos un mandato para reunificar a la CTA en el marco orgánico de la CGT. Estamos trabajando para eso y estamos convencidos que será un aporte positivo para fortalecer el movimiento sindical de la Argentina”, dijo el dirigente en declaraciones periodísticas.

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