Por: Walter Sosa

A un mes y medio de las elecciones generales, la campaña va tomando forma y el rol de Sergio Massa en el Frente de Todos adquiere una serie de elementos en pos de fagocitar a algunos agentes y constituir además las bases de la futura concertación en una eventual gestión del albertismo. El primero de ellos tiene que ver con su condición para atraer a los indecisos, al denominado “voto blando”. El segundo guarda relación con el carácter de articulador que se consolidará a partir del 10 de diciembre.

La semana para el líder del Frente Renovador empezó con una serie de declaraciones donde explicó las precuelas y razones bajo las cuales decidió sumarse al espacio que hoy lleva como candidato presidencial a Alberto Fernández. Asimismo, contó cómo fue su reencuentro con Cristina Fernández de Kirchner. 

“Fue una charla de cinco horas, muy madura, muy honesta. De análisis de lo que pasó, pero sobre todo, de análisis de lo que debería pasar en la Argentina. No hubo facturas. En todo caso, por parte de los dos hubo autocrítica hacia atrás y honestidad intelectual hacia adelante. Todos crecimos. No somos los mismos que hace ocho o nueve años”, expresó a Página 12 el ex jefe de Gabinete.

Lejos de las presuntas inquietudes sobre el supuesto “Cristina Eterna”, lanzó cartuchos por doquier al presidente Mauricio Macri, a quien tildó de “fracasado” porque “entendió al Estado como una empresa”. Entre varias cosas más.

A la par del lanzamiento del segundo tramo de la campaña electoral, Sergio Massa dejó de caminar por la avenida del medio. Se metió de lleno en la vereda del Frente de Todos para llamar a los que están en los boulevares. De hecho, en las últimas horas, con motivo del primer aniversario del fallecimiento del exgobernador Juan Manuel de la Sota, viajó junto a Alberto Fernández y -nada más y nada menos- a Máximo Kirchner a Córdoba para homenajear a uno de los representantes de la llamada “renovación peronista” de fines de los '80. La foto con el actual mandatario de esa provincia, Juan Schiaretti, garpa. Sergio ya no hace papelones, lejos quedó tambien el “tajai”. Ahora le da en la tecla. 

En estos siete días, además anduvo por otras provincias. En Tucumán, por ejemplo, participó del encuentro entre la Union Industrial Argentina y la CGT. Se las vio nuevamente con Héctor Daer, con el gobernador Juan Manzur y con el diputado Eduardo “Wado” de Pedro, a quienes no pocos ven como el jefe de Gabinete y el ministro del Interior, respectivamente.

Por Mendoza tambien pasó. Junto a la candidata a gobernadora del FdT, Anabel Fernández Sagasti, diputada nacional y militante de La Cámpora, fue partícipe de una serie de eventos y hasta se animó a darle a la cumbia. Cantó “Me vas a extrañar” de Damas Gratis, y todo aquel que aluda a algunos dirigentes de Compromiso Federal se verá en una intención reforzada. 

Volviendo a Buenos Aires, más allá de las visitas a Perganimo y San Miguel, los más ilustrativos fueron los de Avellaneda y el norte bonaerense. En San Nicolás, el exintendente de Tigre acompañó a la candidata a intendenta, Cecilia Comerio, junto al diputado massista Lisandro Bonelli. En Pilar estuvo con el candidato a gobernador, Axel Kicillof, en el Encuentro de Políticas Públicas del Sector Industrial. Participaron, además, José Ignacio de Mendiguren y Federido Achával. 

En Avellaneda, el candidato a diputado nacional por el Frente de Todos estuvo junto al intendente Jorge Ferraresi y el referente del Frente Renovador local, Armando Bertolotto, en la inauguración de una escuela secundaria y un edificio municipal. En la ciudad del “Bicho”, sostuvo: “A la pobreza se le gana con trabajo y educación de calidad, todo lo demás son parches”, al tiempo que pidió “terminar con la Argentina del odio”. 

Nos quedamos con ese mensaje porque será crucial para el gobierno posterior al 10 de diciembre establecer lazos de consenso entre diferentes actores sociales para que las relaciones de fuerza propias de la política puedan generar las condiciones de gobernabilidad y de eficiencia a la hora de dirimir las problemáticas económicas, en particular las referidas a la deuda, al gasto público, pero a su vez a la necesidad de generar una matriz productiva.

En definitiva, Sergio Massa se metió de lleno en la campaña, y en pos de ratificar no sólo la diferencia obtenida en las PASO, su capacidad de rosca y enlazar, también se presumirá relevante en la posibilidad de consolidar un gobierno de verdadera coalición. Habrá que ver si su rol de articulador se manifesta desde la Presidencia de la Cámara de Diputados o no. Nadie podría desestimarlo a él o a uno de los suyos para ocupar una cartera importante en el Ejecutivo.