viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº1962

Gremiales | 13 sep 2019

ANÁLISIS

Los gremios ya trabajan su agenda para el pacto social que propone Alberto Fernández

Luego de la cumbre de Tucumán, se perfilan los pedidos que llevarán a la mesa de negociación, una vez que se consolide el triunfo opositor. El protagonismo de Héctor Daer crece de la mano de su cercanía al candidato. El bono para los privados, primer obstáculo en la relación con empresarios. El Frente Sindical no quiere ser excluido de la discusión.


Por: Diego Lanese

Juntos, en la misma foto, industriales y gremialistas franquearon al candidato a presidente por el Frente de Todos Alberto Fernández  en un acto en Tucumán, donde se lanzó formalmente la campaña para las elecciones de octubre. De la mano de una idea de un pacto social, la cumbre fue la confirmación de la idea eje que tendrá el candidato a presidente, que piensa en un acuerdo entre sindicatos, empresas y el resto de los sectores para iniciar un gobierno que la proyección anticipa muy complejo.

 

Como en otros momentos de la historia, la idea de un “acuerdo nacional” para salir de la crisis se vuelve prioritario, y su instrumentación ya figura en la agenda de la dirigencia gremial. En este camino, será clave la mesa chica de la CGT, encabezada por Héctor Daer, que en los últimos meses se volvió el nexo entre Fernández y la central obrera.

 

La industria es el sector más castigado de la economía por el modelo instaurado por Mauricio Macri, por eso la presencia de la UIA en el acto tucumano marcó un puente con el frente opositor. A principio de mes, el centro de análisis de la CTA de los Trabajadores CIFRA alertó sobre una nueva baja en la actividad industrial, que se completa con el desplome de la construcción y otras áreas generadoras de trabajo. Esto acercó a los empresarios del sector a Alberto Fernández, que comenzó a darle forma a su pacto social.

 

Además de gremios y empresarios, esta semana Fernández sumó a dos pilares  internos de sus proyectos: los gobernadores del PJ, coordinados por el anfitrión Juan Manzur; y Sergio Massa, que representa la “rosca” legislativa que se viene.

 

El rol de los gremios comienza analizarse dentro de la CGT, que quiere armar una agenda propia para llevar a la mesa de negociación de este pacto. Algo de eso se cree que hablaron el propio Fernández y Daer en un almuerzo reservado un día antes del acto en Tucumán. Como informó de forma exclusiva Política del Sur, los dirigentes se vieron junto a referentes de la mesa chica, que ganan terreno en la relación con el espacio opositor, luego de un inicio distante.

 

Esta alianza deja un tanto de lado al Frente Sindical, que lidera el moyanismo y la Corriente Federal, y que acusó durante un buen tiempo a la CGT de ser demasiado dialoguista con el Gobierno. Su alineamiento con el Frente de Todos parecía darle un lugar más cercano junto a Fernández, que ahora quiere ocupar la propia central obrera. Pese a esto, en el espacio ya piensan en la construcción de este pacto social.

 

“Hay que destinar recursos para las pymes, para la producción, y dejar de usar recursos para la timba financiera. Esa es la postura  de muchos del Frente Sindical, que vamos a apoyar, más que un pacto, una refundación de la política, para ponerse de acuerdo en cuestiones a largo plazo”, le adelantó a Política del Sur un dirigente que reporta a ese espacio.

 

Emergencia y paz social

 

Antes de embarcarse en la aventura del pacto social, la CGT se reunió con el gobierno nacional para ver la posibilidad de pagar un bono de 5.000 pesos a los trabajadores del sector privado. La negociación con el ministro de Producción, Dante Sica, para esta ayuda está cerrada, pero despertó la alarma de los empresarios, que a la vez que se acercan al pacto social avisan que no pueden pagar ese bono. El propio Presidente terció y dijo que “hay que poner el hombro”, más para sembrar cierta discordia entre la nueva alianza fundada en Tucumán que en un intento de darles ese beneficio a los asalariados.

 

En un gesto para intentar fortalecer el acercamiento a los empresarios, desde la CGT fueron cautos con el bono. “Cada organización sindical va a saber equilibrar y valorar el bono, pero privilegiando las fuentes de trabajo”, dijo Rodolfo Daer, del gremio de la alimentación, poniendo paños fríos al tema.

 

Además de estrenar la foto del pacto social, Alberto Fernández habló desde Tucumán de la discusión sobre la Emergencia Alimentaria, cuyo proyecto se aprobó en la Cámara de Diputados buscando mejorar la situación de los comedores y los beneficios sociales que intentan paliar la crisis actual.

 

“Pido a los argentinos que no perdamos la calma. Todos sabemos la justicia de los reclamos, pero debemos intentar que no compliquemos más el escenario difícil que tenemos. Evitemos estar en las calles y generar situaciones que pueden llamar a la confrontación y a la violencia”, dijo Fernández desde el norte argentino, y despertó la polémica.

 

Los piqueteros que mantienen el acampe frente al Ministerio de Desarrollo Social salieron al cruce del candidato y dijeron que el hambre “no puede esperar”. Pero la pulseada legislativa le dio la razón a Fernández: con 222 votos y una abstención, se probó el proyecto legislativo de la Emergencia, que además se dio en una sesión edulcorada, con debates muy moderados que aplacaron la polémica previa.

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