El eventual desembarco de Alberto Fernández y Axel Kicillof en Nación y Provincia, respectivamente, tendrá un impacto sustancial que en los municipios guardará relación directa con la gobernabilidad, la transferencia de recursos y la construcción hegemónica de los jefes comunales. Avellaneda no es una excepción, por eso, la victoria puede venir con los huevos de la serpiente.

La expresión "El huevo de la serpiente" se refiere a la película con el mismo nombre del director Ingmar Bergman, estrenada en 1977. En ella, uno de sus personajes, el doctor Vergerus, alude a la posibilidad de ver a través de la cáscara transparente del cuerpo redondo la gestación de una pequeña especie, insignificante en esa fase pero funcional a los intereses de sus protectores. Una vez que eclosiona y sale del huevo, el poder de la serpiente recién nacida se incrementa hasta volverse incontrolable. 

Esta amenaza es la que envuelve a mandatarios como Ferraresi. Su gestión durante la era Cambiemos ha sido sustentada en una considerable eficiencia no sólo por el equilibrado manejo de recursos, sino también por el engranaje vertical de poder aceitado por el Partido Justicialista y diversas agrupaciones como La Cámpora, el Frente Renovador, el Movimiento Evita y también, por qué no, el Partido Solidario, Compromiso Federal, entre otras.

Ahora bien, cuando Fernández y Kicillof hagan pie en Casa Rosada y en el Palacio de la Gobernación, el nuevo reparto de poder va a tejerse también con dichos movimientos y agrupaciones. Por lo tanto, la hegemonía del "Bicho" dejará de estar propiciada por las frazadas cortas y se verá endeble ante la chequera de otros pagos.

Esta situación es la que advierte un histórico dirigente del peronismo local. "Si ganás Provincia o Nación, ya no agachás la cabeza. Si contás con un respaldo de afuera y tenés recursos propios, le podés discutir de igual a igual. Hoy lo único que te frena es el tema de la caja", expresó. 

El olfato puede ser obtuso. Lo cierto es que nada hace pensar que el resultado adverso sufrido por el oficialismo nacional y provincial tienda a cambiar. El macrismo se encuentra en su irreversible condena y las agrupaciones kirchneristas ya se preparan para el acecho de las arcas.

Un pilar para que la rueda gire el año que viene será la capacidad de concertación. No hay que olvidar que esa fue la audacia de Néstor. En esta línea, la fuente en cuestión, que conoce a Ferraresi desde la Secretaría de Infraestructura municipal, elogió alguna de las cualidades de su intendente: "Siempre fue bueno para dibujar."

"Además de ser laburador, es un buen dibujante. Es prolijo", recalcó.

Puede que diga la verdad, pero el lápiz con el que armó la lista 2019 no dejó a todos contentos. Es normal que este fenómeno ocurra cuando la repartija de cargos empieza a llevarse a cabo, aunque en Avellaneda -cuentan algunos- la hostilidad levantó bien alto su mano en la Presidencia del Concejo Deliberante.

El "Bicho" no juega con dados. Es un técnico y su puntería no está sujeta al azar. Ya piensa en 2023. "Por eso, metió de primer concejal al pibe que nunca hizo política de verdad. Es un inútil. Pero a Jorge le gusta ese perfil, es gente que lo puede manejar como un trapo de piso", expresó el histórico dirigente al aludir al jefe de Gabinete local y referente de La Cámpora, Alejo Chornobroff.

A fin de cuentas, la idea de Ferraresi, "si no se deroga la ley provincial que limita la reelección de los mandatos de los intendentes" -insiste la fuente- es meter a su esposa, la diputada nacional Magdalena Sierra, como su sucesora. El tiempo dirá si ella obtendrá el rotulo de delfín(a). ¿O encuadrará en la figura de verdadera serpiente?