Por: Ruben Molina

El luto duró poco para el grindettismo en Lanús, luego del durísimo revés electoral que sufrió Juntos por el Cambio el domingo pasado. Y la luz de los números que dejaron la elección local, el Intendente y sus seguidores confían en poder revertir la tendencia en el distrito. Decididos a tomar distancia de Mauricio Macri en el orden nacional, e inclusive de María Eugenia Vidal en el provincial, apuestan al corte de boleta y a poner decididamente en valor la gestión comunal ante los vecinos.

Ningún dirigente PRO de Lanús lo va a decir, y mucho menos Néstor Grindetti, pero la decisión está tomada: la resistencia está en marcha y salen a defender el distrito cueste lo que cueste, y si en la búsqueda del objetivo hay que dejar en el camino a Macri y Vidal, lo van a hacer.

En off, reconocen que lo de Nación y Provincia es “cosa juzgada”, pero aseguran que en Lanús les queda una “ventana”. Asumen que están en “terapia intensiva”, pero que el “cuerpo tiene reacción”. Consideran que los números no les fueron del todo desfavorables y que la diferencia con el Frente de Todos es remontable.

La apuesta total es a la “cosa local”. Es un desafío, sobre todo la decisión de despegarse del resto de la boleta nacional y provincial, pero es la única chance que queda para retener el municipio y mantener en alto una bandera “amarilla” en el Conurbano.

Destacan que tienen un buen candidato, y sobre todo, el “mejor gestionador” de los últimos tiempos en Lanús: Néstor Grindetti. Pero por sobre todo, que en las PASO hubo voto castigo a Mauricio Macri y que no se “plesbicitó la gestión local”. A eso apuntan de cara a octubre.

El número clave es 38 mil. Esa fue la diferencia de votos que la lista del Frente de Todos le sacó a Juntos por el Cambio en el ámbito local. En el orden nacional y provincial, la distancia fue más amplia: 55 mil. En el grindettismo sostienen que esas 38 mil voluntades se pueden cambiar y que es posible ganarle a Edgardo Depetri, quien tiene como principal desafío amalgamar a todos los sectores que participaron de la interna y, desde ya, retener la sumatoria de votos obtenidos por el frente ese día. 

Desde el grindettismo suman otros datos estadísticos: en primer lugar, que hubo 20 mil votos menos que en las PASO 2017, y que en teoría deberían aparecer en la general.. Segundo, que hay un 6,5 por ciento de votos de esta última elección dando vueltas de manera confusa y muchos de ellos se podrían recuperar en los próximos días en el recuento definitivo que se realiza en La Plata. Por último, destacan la elección de 2015, que ganó Grindetti, cuyo número final fue 37,5 por ciento contra el 36,5 que obtuvo Julián Álvarez. Los porcentajes del domingo fueron 34,5 por ciento contra 47,9 por ciento (incluyendo a todas las listas del Frente).
 

Como buen hombre de números que es Néstor Grindetti (es actuario), ya hizo los cálculos y resolvió avanzar en la “jugada” que tendrá formato “evangelizador”. En los próximos días habrá una reunión donde se afinará el lápiz y se convocará a no menos de 600 referentes y dirigentes barriales de extrema confianza. Lanús tiene 6 mil cuadras, la idea es no dejar ninguna de ellas sin recorrer y sin haber dialogado con la mayoría de los vecinos. El propio jefe comunal se pondrá al frente de la cruzada.

La intención es mostrar la gestión local y, sobre todo, compararla con la anterior del justicialista Darío Díaz Pérez. Asumen que el “voto castigo” nacional a Mauricio Macri se los “llevó puestos”, pero están decididos a reconocer los errores cometidos por el Presidente y la Gobernadora. También piensan dejar en claro que ellos son otra cosa y que tienen mucho más para dar. Por eso irán decididamente por el corte de boleta.

Un operador de extrema confianza de Grindetti le reconocía la jugada a este periodista. Su entusiasmo era notable y llamativo, sobre todo si se tiene en cuenta el contexto electoral y, especialmente, económico.

De todas formas, los grindettistas no bajan los brazos y juegan su última carta a todo o nada. Habrá que ver si les alcanza el esfuerzo para revertir una tendencia nacional muy fuerte en su contra y que el propio Presidente ayuda a incrementar. Quedan dos meses, el tiempo y el esfuerzo dirá, pero como habitualmente se dice, “no está muerto quien pelea”. Increíblemente, ven una luz al final del túnel.