Con la palabra de la primera tanda de testigos citados a declarar, este miércoles comenzó el juicio por el crimen de Guillermo Simenoff, asesinado en el marco de un robo ocurrido en septiembre de 2016 en Temperley. Por el hecho son juzgados por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Lomas de Zamora, Juan Cruz Agosta y Maximiliano Agustín Ruda, imputados por “robo calificado en concurso ideal con homicidio calificado”.

 

En la jornada, una de las personas que prestaron declaración reconoció a ambos acusados como los presuntos asesinos. Se trata de Silvana García, una mujer que presenció el momento del ataque cuando pasaba por la zona y que incluso asistió a la víctima, quien murió a causa de tres disparos que le dieron los ladrones delante de su hijo. 

 

“El señor se negaba a darle el morral y en todo momento quería resguardar a su hijo”, relató la testigo, que recordó que uno de los agresores tenía “las mangas del brazo tatuadas”. Esa y otras descripciones sobre los rasgos de los agresores coinciden con el aspecto físico de Juan Cruz Agosta, quien sería el más comprometido en la causa.

 

Al igual que el resto de los testimonios, García contó que los delincuentes eran dos y que interceptaron a Simenoff a bordo de una moto en la esquina de Cangallo y Almirante Brown. “Uno se bajó y tiró dos tiros al piso para intimidar al hombre y el otro manejaba la moto”, precisó García, y relató que el ladrón baleó al hombre en medio del forcejo para quitarle el morral, pero no conforme con eso, le disparó dos veces más cuando subió a la moto robada.

 

Por su parte, la viuda, Lorena González, describió a los jueces del Tribunal las duras circunstancias que tuvo que atravesar junto a su familia tras la muerte de su pareja, con quien compartía dos hijos, uno de los cuales vio cómo mataron a su padre.

 

“Mi hijo dejó de hacer fútbol porque cada vez que iba a la cancha de Temperley se acordaba del papá, y la nena, seis meses después del hecho, se quiso cortar las venas cuando empezaban las clases porque no soportaba el dolor por la pérdida. Nunca más volvieron a ser los mismos”, expresó entre lágrimas y la voz entrecortada por la angustia.

 

También, manifestó que el menor de sus hijos, quien vio cuando mataron a su padre, distinguió a los dos detenidos durante una rueda de reconocimiento realizada en el marco de la investigación.

 

Para los investigadores, Cruz Agosta y Ruda, ambos de 20 años, son los coautores penalmente responsables del hecho ocurrido el 11 de septiembre de 2016. Así lo afirmaron los representantes del Ministerio Público Fiscal Carlos Baccini y Gerardo Moraz, quienes indicaron que tratarán de demostrar esa teoría durante los lineamientos del caso.

 

Previo al comienzo de los debates probatorios, confirmaron al magistrado que van a solicitar que sean condenados por “robo agravado con empleo de arma de fuego en concurso real con criminis causa”, aunque prefirieron no anticipar la pena que van a pedir, al igual que el abogado querellante, Sebastián Silvestre, quien coincidió con los fiscales.

 

La letrada a cargo de la defensa, por su parte, advirtió que intentará demostrar la inocencia de sus clientes. “No fueron los autores del hecho y los verdaderos responsables fueron identificados”, aseguró la abogada, que mencionó los apellidos de los supuestos asesinos: Basualdo y Salina, uno de los cuales habría fallecido “en un hecho delictivo”.

 

El momento más tenso de la jornada se vivió en el interior de la sala durante un cuarto intermedio dispuesto por el Tribunal. En medio de una crisis de nervios, la hija de Simenoff increpó a los dos acusados gritándoles “asesinos”, y tuvo que ser contenida por sus familiares.