jueves 28 de marzo de 2024 - Edición Nº1940

Gremiales | 19 abr 2019

DESPIDOS y FLEXIBILIZACION

Industria farmacéutica, el ejemplo del modelo laboral en tiempos de Macri

Los laboratorios pasaron de ser una de las actividades con mayor crecimiento a un presente sombrío. En pocos días, varias empresas despidieron personal y buscan una salida a la crisis. Los gremios del sector rechazan los argumentos y acusan que buscan mantener sus enormes ganancias a costa de sus empleados. La contracara de esta realidad son los medicamentos cada vez más caros.


Por: Diego Lanese

Hasta el 2015, la industria farmacéutica fue una de las áreas de la economía que más creció, incluso por encima del promedio nacional. Los datos muestran la fortaleza de un sector que comparten las empresas de bandera nacional y las multinacionales, y es vanguardia en toda la región. Pero en los últimos años, la situación cambió. La caída del consumo desplomó la actividad y puso en rojo los números de los laboratorios. Eso generó que en los últimos meses se produjeran despidos y cierres, en especial en las firmas argentinas. Además, decidieron no realizar paritarias por tercer año consecutivo con el gremio que representa a los visitadores médicos, buscando que se flexibilice el convenio colectivo de trabajo.

 

Todos estos condimentos hacen que hoy el sector esté en crisis, pese al aumento indiscriminado del precio de los medicamentos. Las peleas internas entre los laboratorios y el oficialismo es parte de este cambio en un sector ejemplar, que hoy es la muestra más clara de los efectos del modelo económico que impulsa Cambiemos.

 

La caída del sector farmacéutico se puede ver en varios números y es un claro ejemplo de cómo el modelo económico golpea a la industria. Según un informe de la consultora Ecolatina, en la década comprendida entre el 2005 y el 2015 “experimentó un gran crecimiento de 83 por ciento en el acumulado del período, una tasa de crecimiento promedio anual de 6,2 por ciento”. “Así, el crecimiento fue superior en más de dos veces y medio al de la industria manufacturera en su conjunto, que se expandió a 2,4 por ciento promedio anual en el mismo periodo”, destacó la consultora.

 

Un año después, se generó el freno del crecimiento, según los datos de Ecolatina, a los que tuvo acceso Política del Sur. Así, en el primer año de macrismo, la industria del medicamento sólo creció un 0,3 por ciento, mientras que en 2017, a pesar de que hubo una mejora en la coyuntura, “la producción nacional de medicamentos experimentó, por primera vez en más de una década, una contracción y la facturación de la industria local (ventas al mercado interno y exportaciones) se redujo 6,6 por ciento en términos reales”. En tanto, en 2018 se frenó la caída, pero no hubo recuperación, ya que se generó una nueva caída del 0,8 por ciento.

 

La cara concreta de esta caída son los muchos laboratorios que están en crisis, como sucedió en Craveri, que despidió al inicio de mes a 47 trabajadores de su planta en Caballito. La empresa adujo que lleva tres presupuestos en rojo, por lo que el año pasado presentó el Procedimiento Preventivo de Crisis. Lo mismo hizo hace unos días Elea, uno de los grandes laboratorios del país. Además, hubo despidos en Klonal, otra firma de origen nacional, mientras otros laboratorios pelean por mantenerse abiertos, como sucede en Roux Ocefa, recuperada por sus empleados pero que no puede volver a producir. Los despidos alcanzaron a las multinacionales, como sucede en Novartis y Sanofi.

 

“Seguimos luchando por nuestros derechos y para que los despedidos puedan volver a entrar a la planta”, remarcó Carlos Zinser, delegado del gremio de la Sanidad en Craveri. Según confirmó el dirigente ante la consulta de Política del Sur, hasta el momento los empleados mantienen las medidas de fuerza. “Tenemos bloqueados los ingresos de las plantas y se levantó un acampe para reclamar por las reincorporaciones”, contó.

 

¿Crisis o ajuste?

 

Si bien los números marcan la caída en la producción de medicamentos, no explican del todo la situación del sector. Es que aprovechando esta situación, los líderes del rubro están tratando de imponer condiciones nuevas a los trabajadores. El ejemplo más claro de esto es la falta de negociación paritaria que vienen sufriendo los integrantes de la Asociación Agentes de Propaganda Médica (AAPM), gremio que representa a los visitadores médicos farmacéuticos. Hace al menos tres años que no se firma una paritaria, producto del intento de los laboratorios de imponer nuevas leyes en el convenio laboral, que el sindicato considera una forma de flexibilización laboral.

 

Esta semana, en el marco de la movilización por el intento de Elea de despedir a unos 120 trabajadores, volvieron a criticar la actitud de la patronal. En el acto central, frente a la Secretaría de Trabajo, el titular de AAPM, Ricardo Peidro, anunció un plan de lucha “en defensa de las fuentes laborales en la compañía suiza Novartis y en el laboratorio francés Sanofi”.

 

Sobre el caso general de la industria, el dirigente dijo que las firmas “amenazan con el despido de cientos de empleados como consecuencia de una supuesta crisis, y no obstante, sus ganancias extraordinarias”. En este punto, rechazó el preventivo de crisis presentado por Elea: “El contexto socioeconómico agrava aun más la situación de quienes pierden su empleo, y ese marco no puede servir de excusa para los laboratorios, en especial los de capitales extranjeros, ya que los balances demuestran que aún están exentos de esa realidad tan compleja”, declaró.

 

Parte de los dichos de Peidro se apoyan en un reciente informe del Observatorio de Salud, Medicamentos y Sociedad de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), que analizó la actualidad del mercado en el país. Elea-Phoeniz, laboratorio que compró hace unos años a la multinacional Glaxo, es el cuarto en unidades vendidas en 2018, con un 5,76 por ciento del total de la facturación. Es el tercero nacional en este rubro (sólo superado por Roemmers y Gador), en un mercado de más de 150 mil millones de pesos.

 

“En la Argentina, como en pocas partes del mundo, los laboratorios nacionales predominan en el mercado de los medicamentos, y esa preeminencia de los laboratorios locales se verifica no sólo en la facturación, sino también en cantidad de unidades vendidas”, remarcó el trabajo de la COFA, al que tuvo acceso Política del Sur.

 

Si bien existen sospechas de que la crisis en algunos laboratorios es la excusa para ajustar personal, la situación de otros es compleja por la recesión que impera, que se hace notar en la venta minorista. En este sentido, la misma COFA admite que en 2018 se vendieron casi 40 millones de tratamientos menos respecto del año anterior, unas 110 mil pastillas diarias que ya no llegan a los pacientes.

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