El encuentro se moría en un pálido empate, entre dos rivales directos por los puestos de reducido. Sin embargo, el 10 del Tricolor volvió a callar las voces, cuando a los 88 minutos marcó el gol de la victoria.

Los muchachos de Pablo Vicó entraron al Lorenzo Arandilla decididos a extender su buen andar. Esto se plasmó en los primeros minutos del partido, donde controlaron el mediocampo y generaron las conexiones, para acercarse al área de Aracena.

Sin embargo, al correr del encuentro, la intensidad bajó y se tornó un duelo reñido, con muchas infracciones, sumado a que el árbitro, Bruno Bocca, estuvo en la mira de todo el público de Adrogué por lo sucedido ante Temperley.

Para el final del primer tiempo, el Tricolor ya no tenía el dominio del balón y se vio interpelado por la rapidez de Independiente Rivadavia en los ataques. Aunque ambos se fueron al descanso sin goles.

Esta sintonía no varió en el complemento. Al no poder romper con la defensa rival, los dos elencos tuvieron sus llegadas más claras a través de la pelota parada.

Stegman y Lamas pudieron haber abierto el marcador en el arranque de la segunda parte, pero no llegaron a alertar a la visita; mientras que Federico Castro tuvo la más clara del partido con un remate cruzado que no logró meterse.

Estaba claro que no era el mejor partido de Brown de Adrogué, ni tampoco de Olivares, que venía con muchas imprecisiones en la mitad de la cancha. Sin embargo, a los 88 minutos, reapareció para hacer la diferencia.

El ex Platense se la picó al arquero rival y clavó en el ángulo el único gol de la tarde, que hizo vibrar a todo el Lorenzo Arandilla. Con la cuarta victoria consecutiva asegurada, el Trico se afianzó en el cuarto puesto del reducido y se prepara para visitar a Quilmes en la próxima fecha.