-Miembros de la comunidad de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima de la Isla Maciel denunciaron que, luego del traslado del Padre Franciso “Paco” Olveira a la diócesis de Merlo-Moreno, el obispo Rubén Frassia le ordenó al que designó en su reemplazo, Mario Ghisaura, que se deshaga de toda la obra de su antecesor, como imágenes, figuras santas, cuadros, murales y demás trabajos realizados por los jóvenes y vecinos del barrio.

 

A través de una carta abierta, un grupo de ex catequistas le indicó a Frassia -a cargo de la diócesis Avellaneda-Lanús- que “ser sacerdote no es ser patrón de estancia y así es como el P. Mario ha actuado desde el primer momento, creyéndose el dueño y señor de la Iglesia. Tampoco se construye destruyendo ni lleno de prejuicios y fantasmas”.

 

“O usted nos mintió y es cómplice de esta situación o el P. Mario está pasando por encima de su autoridad, con lo cual usted debe trasladarlo”, lo increparon, y agregaron: “En la toma de posesión en su homilía usted dijo que nadie iba a ser corrido de la comunidad, ni los de la primera, ni segunda, ni tercera generación. Tampoco ocurrió. Todos los y las catequistas fueron expulsados, así como los que dirigían el coro parroquial.”

 

En la denuncia, los autores del documento defendieron el trabajo realizado por Olveira -miembro del Grupo de Curas en Opción por los Pobres- y enumeraron algunas acciones llevadas a cabo por el párroco Ghisaura, como haber tapado “todos los murales que adornaban el interior del Convento”, en su mayoría realizados por chicos y jóvenes, y “retirado imágenes de las Abuelas de Plaza de Mayo”, que también estaban en ese sitio.

 

Asimismo, acusaron que el nuevo párroco “ha roto la sala de computación que fue armada con fondos municipales del (programa) Envión”, y advirtieron que “tapó el mural del nacimiento de Jesús de estilo latinoamericano que estaba en la entrada interna del Convento y ha bajado los cuadros del P. Carlos Mugica, San Oscar Arnulfo Romero, del Beato Obispo Enrique Angelelli y compañeros mártires”.

 

También, manifestaron que “en la Parroquia ha hecho desaparecer el Paño de la Resurrección del Premio Nóbel de la Paz Pérez Esquivel” y “se ha llevado la réplica de la Virgen de Luján de alto valor simbólico y económico, justamente por eso donada por la Basílica de Luján hace diez años”.

 

Además, denunciaron que Ghisaura “ha maltratado a los ex catequistas y miembros del coro cuando estos le han pedido que devuelva alguno de estos elementos”, como así también “ha cambiado sin consultar a los padres -ni a nadie- el día y horario de la catequesis en el Convento”.

 

“Desde acá advertimos que no vamos a permitir que se borren los murales que están en la Iglesia Parroquial y en el patio de la Capilla San Romero y tampoco el de Hebe de Bonafini junto a los nombres de los desaparecidos de la Isla Maciel, ni el mural de Romero, Angelelli, Mugica y las Monjas Francesas que está en las paredes exteriores del Convento”, recalcaron.

 

Y sentenciaron: “Con estas acciones inconsultas está queriendo borrar la memoria de nuestra Iglesia en América Latina y lo trabajado en estos años, algo que no vamos a permitir porque la Iglesia Católica de la Isla Maciel NO es propiedad del P. Mario.”

 

Por estas razones, los integrantes de la comunidad parroquial pidieron al obispo Rubén Frassia que “cumpla su palabra, se vuelva con nosotros al estado anterior a la toma de posesión del P. Mario Ghisaura y éste sea trasladado”, al tiempo que le solicitaron tener una conversación sobre estos temas.