Por: Por Diego Lanese

Bajo el argumento de la baja del consumo, la multinacional china Cofco cerró sus puertas de manera sorpresiva la semana pasada, dejando sin trabajo a alrededor de 200 operarios de su planta ubicada en Valentín Alsina, partido de Lanús.  Al dejar de refinar aceite, la firma cerró su fábrica en el Gran Buenos Aires y mantiene abiertas las ubicadas en el interior bonaerense y la provincia de Santa Fe.

Si bien el Ministerio de Trabajo decidió dictar la conciliación obligatoria, la compañía sigue cerrada y el personal licenciado por vacaciones. Ante la falta de respuesta, los trabajadores y el gremio aceitero levantaron un acampe frente a la fábrica y siguen exigiendo una respuesta a sus reclamos. La semana pasada, los obreros se enteraron de los despidos por un cartel pegado en la puerta de la la firma, que llegó al país en 2014 con promesas de inversiones, pero que cerró de manera abrupta.

Los 195 despedidos de Cofco se turnan frente a la planta para evitar que se lleven maquinaria y otros elementos del lugar. Mediante un comunicado, la firma explicó que “la industria de refinación de aceites se ha visto afectada por una importante baja en la demanda local y creciente capacidad ociosa”. Según sus directivos, “se han explorado todas las alternativas posibles pero se ha concluido que la continuidad de la actividad no es posible”. “Cofco International Argentina dejará de participar en el negocio de aceites refinados y focalizará inversiones en originación, procesamiento de semillas oleaginosas y la exportación de cereales y productos derivados de la molienda de soja y girasol”, fue el argumento que la empresa difundió días atrás.

Pero los trabajadores rechazan estos dichos. Según le dijeron a Política del Sur voceros de los empleados, lejos de estar en crisis, “Cofco, que en marzo de 2017 adquirió el 100 por ciento de Nidera y la marca Legítimo de aceites, compite con Cargill por el primer puesto en exportaciones agrícolas”.

En tanto, desde la delegación Capital Federal y Gran Buenos Aires del Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria Aceitera indicaron que la empresa “quiere hacer pagar a los trabajadores por medidas que viene tomando el actual gobierno nacional y que resultan antipáticas para el sector agroexportador”. Así lo explicaron a través de un documento en el cual además solicitaron una audiencia urgente con Dante Sica, ministro de Producción y Trabajo, quien aún no dio respuesta. Lo que resultó “antipático” al sector empresarial fue la suspensión en la baja de los derechos de exportación de la harina y el aceite de soja. “Las empresas aceiteras pretenden que seamos los trabajadores los que paguemos ese precio”, aseguraron en el documento.

El pedido de reunión a Sica fue posterior a la intervención del Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, que el 7 de enero dictó la conciliación obligatoria por 15 días, pero no le exigió a Cofco el reingreso de los trabajadores ni la reanudación de la producción, mecanismo habitual en las conciliaciones.

Desde el sindicato remarcaron que hasta el momento los trabajadores “no recibieron ningún telegrama. Toda la comunicación ha sido informal, en otra muestra más de la arbitrariedad con la que se maneja la empresa”, algo que se mantiene hasta el día de hoy. Hasta el momento, los trabajadores permanecen en las puertas de la planta, ubicada en Carlos Pellegrini al 4.300, y cuentan con el apoyo de otros gremios de la región, además de movimientos sociales y partidos políticos.

“Los aceiteros que hoy resisten los despidos son los mismos que año a año luchan por el salario mínimo vital y móvil, los que ganaron el sindicato capital y la federación nacional a la burocracia en el 2013, los que llevaron adelante 25 días de huelga en 2015”, resaltaron desde el gremio.

El conflicto de Cofco se suma a otros varios que se viven en el Conurbano, que según los datos, tiene al menos dos puntos más de desocupación que el promedio nacional. El cierre de Canale en Llavallol, de Gaelle en Avellaneda, los despidos en Siam o la crisis interminable de Cresta Roja son ejemplos de cómo la crisis afecta la industria en lugares sensibles como el sur del Gran Buenos Aires. Si bien no hay estimaciones sobre la cantidad de despidos por cierres o por la crisis, el número de afectado se cuenta en centenares, y podría llegar a miles.