Por: Por Diego Lanese

En las últimas horas, la tensión volvió al conflicto de Cresta Roja, la avícola ubicada en el sur del Conurbano bonaerense que se volvió símbolo de la crisis de empleo en el país y del fracaso de las políticas del gobierno nacional y provincial. Hace dos semanas se anunció la reapertura de la planta de faena de pollos, pero los empleados sostuvieron que la medida se hizo con una dotación mínima de empleados y que se dejaron afuera a los más de mil cesanteados en estos tres años.

 

Como respuesta, levantaron un acampe frente a la fábrica ubicada en Esteban Echeverría, donde reclaman que se cumplan las promesas de reactivación. Este martes, versiones indicaron el inminente desalojo del lugar, lo que generó alarma entre los trabajadores. Por eso, convocaron a resistir la orden, que al cierre de esta edición no se hizo efectiva. “Hay un nuevo vaciamiento”, dicen desde el acampe, y lanzaron una campaña de boicot a los productos de Tres Arroyos, la firma que se hizo cargo de la empresa.

 

Desde la semana anterior, en la sede de Cresta Roja de la calle Fair al 2.800, en Esteban Echeverría, los empleados de la empresa realizan un acampe pacífico para reclamar la reincorporación de los 1.300 cesanteados, además del pago de los salarios caídos y las indemnizaciones de quienes decidan retirarse del lugar.

 

La protesta comenzó cuando el gobierno bonaerense informó la reapertura de la planta de faena de la firma, con una dotación de 180 operarios, que permite hacer el mínimo de tareas requeridas en el lugar.

 

Luego de varios día de acampe y sin ningún diálogo, en ayer por la tarde circuló la versión de un posible desalojo, que movilizó a los trabajadores y organizaciones sindicales y sociales que apoyan el reclamo. Según pudo saber Política del Sur, desde la Fiscalía de Ezeiza se libró una orden para que la Policía desaloje a los trabajadores del lugar, una amenaza que se había producido durante el fin de semana.

 

Los empleados denunciaron que desde que se instaló el acampe, personal de Gendarmería Nacional patrulla el lugar y tiene “actitudes intimidatorias”, en especial por la noche. Al pedido de desalojo, que hasta el momento no se cumplió, se suma el intento de Wade, la dueña de Tres Arroyos, de “vaciar la planta” de Esteban Echeverría, ya que según los testimonios, los trabajadores que volvieron a sus puestos lo que hacen es “desarmar las líneas de producción”.

 

“Es un nuevo vaciamiento, se están llevando material y maquinas, quieren cerrar la planta”, le dijo a este medio uno de los trabajadores que volvió a su puesto, y pidió no difundir su nombre. Al parecer, según los rumores que corren dentro de la propia firma, la idea es trasladar la maquinaria y el resto de los elementos a Capitán Sarmiento, donde la empresa tiene otras ubicaciones.

 

Afuera, los cesanteados mantienen una atenta vigilancia para evitar que se retiren los materiales que puedan ser útiles para una futura reactivación, prometida hace tres años por el propio presidente de la Nación, Mauricio Macri, en un acto por el Día de los Trabajadores. Además, se lanzó una campaña de boicot contra los productos de Tres Arroyos, para que la comunidad se sume a la lucha de los trabajadores.

 

Por último, los empleados denunciaron nuevos despidos que complican el panorama. “Macri y Vidal mienten, son cientos las familias que hoy estamos en la calle y 180 compañeros han recibido formalmente telegramas de despido”, denunciaron mediante un comunicado.

 

En este tiempo, ningún funcionario o directivo se acercó al lugar para intentar implementar algún tipo de diálogo, salvo la custodia de fuerzas de seguridad que existe en el lugar.