sábado 20 de abril de 2024 - Edición Nº1963

Gremiales | 16 nov 2018

PANORAMA

La herencia de Triaca: la relación con los gremios dinamitada y un mercado laboral en decadencia

La salida del Secretario de Trabajo termina de consolidar el poder de Dante Sica, quien será el responsable de negociar con los sindicatos en un tenso 2019. Para la dirigencia, su gestión fue “negativa” y lo acusan de “favorecer a los empresarios”. Los números no lo ayudan: desocupación en alza y caída del salario.


Por: Por Diego Lanese

 Y un día, Jorge Triaca se fue del gobierno nacional. En realidad, se fue tres veces: este miércoles, cuando anunció la noticia en conferencia de prensa; ayer, cuando se oficializó en el Boletín Oficial; y en diciembre, cuando finalmente se retire de su oficina de la Secretaría de Trabajo. “Es el momento de dar un paso al costado”, dijo el todavía funcionario”, que en casi tres años estuvo a cargo de la política laboral del gobierno de Mauricio Macri. En ese tiempo, tejió una relación de vaivenes con los gremios, en especial la CGT, y fue partícipe necesario de la fractura de la principal central obrera argentina. Además, protagonizó una serie de escándalos vinculados con la intervención de sindicatos y el manejo de sus fondos, que hicieron desplomar su imagen pública. Su salida está signada por ambas cuestiones, y su herencia se vincula a la relación hoy dinamitada con la dirigencia sindical y un mercado del trabajo con números alarmantes.

 

La salida de Triaca fue recibida por los gremios como una noticia anunciada. Desde hace tiempo, cuando el Ministerio de Trabajo fue degradado a Secretaría, los dirigentes ya sabían que las horas del funcionario estaban contadas. En el Gobierno vinculan la salida a una caída de su imagen y a la llegada de Dante Sica al gabinete. Con mejor diálogo con los sindicatos, el ahora mandamás de Producción y Trabajo desplazó a Triaca y se volvió interlocutor del sector. La negociación del bono de fin de año, que levantó el paro cegetista, fue el broche final al avance de Sica y su triunfo interno.

 

“Después de su padre, es el peor ministro de Trabajo de la historia”, disparó Pablo Moyano en la puerta del Congreso, cuando se enteró de la salida del funcionario. Triaca lleva un apellido fuerte en sus espaldas: su padre, Jorge Triaca, fue ministro del primer menemismo, titular de la CGT e interventor de la Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina (Somisa), cuya privatización vino de la mano de miles de despidos.

 

Apenas asumió, Triaca hijo le ganó una batalla interna a su segundo, Ezequiel Sabor, que pretendía ser ministro. “Al principio fue muy hábil Sabor; con aval de (Horacio) Rodríguez Larreta quiso armar una estructura propia, pero Triaca la desactivó y lo borró del Ministerio hasta que se fue”, recordó una fuente de la cartera laboral, ante la consulta de Política del Sur.

 

De inmediato, tejió diálogo con los referentes de la CGT, en especial los más dialoguistas. Así logró techos salariales, paritarias controladas y cierta estabilidad. Pero el descontento del grupo “rebelde”, con los Moyano a la cabeza, fue limando esta confianza. Entonces, promovió la ruptura de la central obrera apoyando a los grupos cercanos y atacó a los díscolos con sanciones durísimas, como la que se aplicó a Camioneros y a Suteba. El deterioro de la economía, que impactó directo en los salarios y el mercado laboral, le fue quitando sustento. Actualmente, apenas un puñado de dirigentes le contestan el teléfono, y cuando fue apartado del intento de armar ese anhelo del presidente Macri llamado “mesa de diálogo social”, confirmó que era el final de su tiempo.

 

“Degradó el Ministerio de Trabajo desde su llegada, porque en vez de ser un ámbito favorable a los trabajadores, se convirtió en un lugar para los empresarios, fomentando los despidos, la reducción de personal, la pérdida de derechos y el achatamiento salarial”, le dijo a Política del Sur Pedro Wasiejko, titular de la Federación de Trabajadores de la Energía, Industria, Servicios y Afines (Fetia). 

 

Deterioro laboral

 

Si la ruptura de la relación con los gremios es la principal herencia de Triaca, que el ministro Sica deberá rehacer (el acuerdo por el bono de fin de año fue el primer paso), los datos del mercado laboral marcan un deterioro notable, segundo desafío ya no de un ministro, sino de todo el gobierno.

 

En primer lugar, el segundo trimestre del año marcó la desocupación más alta en doce años. El último dato disponible habla de una tasa del 9,6 por ciento, mientras que un año antes había sido de 8,7 por ciento. “Esta tasa de desocupación es la más alta desde la asunción de Macri, incluso más elevada que la de 2016. Más aún: se trata del nivel de desempleo más alto de los últimos 12 años, y es sabido que la situación empeoró en los meses más recientes”, analizó el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA). En un reciente trabajo, al que tuvo acceso Política del Sur, la institución aseguró que en el Gran Buenos Aires, esta tasa alcanza el 12,4 por ciento, golpeado “por la pérdida de empleos laborales”.

 

Además, según la entidad de la CTA de los Trabajadores, Triaca deja el mercado laboral especialmente hostil para los jóvenes: “La desocupación es especialmente elevada para los más jóvenes: 21,5 por ciento para las mujeres de 14 a 29 años y 17,3 por ciento para los varones de esas mismas edades”, precisa.

 

“La composición de los ocupados según categoría ocupacional sufrió modificaciones desde 2015, que dan cuenta de un lento pero persistente empeoramiento en la calidad de las ocupaciones”, destacó CIFRA, marcando el avance de las formas de precarización laboral -una de las marcas de esta época- y el avance en el total de los trabajadores de los cuentapropistas, monotributistas y monotributistas sociales.

 

La gestión Triaca pasará a la historia como aquella que le hizo perder más de 13 puntos a los salarios de los empleados en relación de dependencia del sector privado. “Si la comparación se realiza respecto de noviembre de 2015, antes de la asunción del gobierno de Cambiemos, la pérdida salarial alcanza al 13,1 por ciento”, remarcó el informe de CIFRA.

 

Con estos números, el bono acordado entre Sica y la CGT parece hacer poco para evitar el malestar general. La salida de Triaca contribuye a eso, sumando que deja al Ministerio convertido en una secretaría, lo que le quita poder para intervenir en un 2019 que se espera que sea complejo para el empleo y el salario. “Los trabajadores están, gracias a la política del Gobierno y de Triaca, en una indefensión total”, sostuvo Wasiejko. Como dato de esta situación, este año la cartera laboral sólo homologó el 10 por ciento de los convenios colectivos de trabajo.

 

La gestión de Triaca será recordada además por escándalos como el de su casera Sandra Heredia, a quien la hizo ingresar al intervenido SOMU como empleada a pesar de seguir trabajando para su familia, y luego de años de estar en negro. En la última semana, el exministro fue denunciado de ser responsable de un fraude millonario en UPSRA, gremio de vigiladores privados, que se encuentra intervenido, y se habla de un desvío de fondos por 15 millones de pesos.

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